Capitulo 64

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Cada uno de los miembros de la tripulación se fueron a dormir a sus respectivas habitaciones. Cuando el espadachín entro en su habitación, se encontró a Silvia en la cama. Debía haber ido antes, mientras ellos estaban fuera. Estaba completamente dormida, o eso pareció porque en cuanto se acercó a la cama ella se despertó.

Silvia: Zoro? Venís a dormir?

Zoro: Sí. Donde lo ponemos a dormir?

Miro a su hijo en los fuertes brazos de su padre. Era una imagen tierna y dulce a la vez. Se apartó un poco del borde de la cama y sonrió.

Silvia: Hasta que compremos una cuna puede dormir con nosotros.

El peliverde sonrió y dejo al niño en los brazos de su madre. Se puso el pijama y se metió en la cama con ellos. Después vio como Silvia ponía al pequeño entre los dos. Le daba ligeros masajes en la barriguita al bebe mientras canturreaba una canción de cuna.

Zoro: Donde aprendiste esa cancion? Es preciosa.

Silvia: Sólo la recuerdo un poco. Creo que me la cantaba mi madre.

Era un bonito recuerdo que guardaba se su infancia, pero sólo recordaba eso. Después de ese recuerdo no tenía ninguno más de sus padres. Miro a su marido a los ojos y lo beso.

Silvia: Dime Taiga. Quieres ser un gran hombre como tu padre?

Taiga: Gu! Gaga!

Zoro: Jajajajaja. Parece que te contesta!

Silvia: Pues claro. No ibas dejar sin contestar a mami, verdad pequeñín?

El bebe sonrió y río ligeramente. Después gateo hasta su padre y lo agarro de la camiseta. El espadachín sonrió y cogió a su hijo. Lo puso en su pecho y vio como El Niño se acomodaba. No tardo mucho en dormirse, al igual que sus padres. A la mañana siguiente todo fue muy atareado.

Franky: Aquí tenéis chicos.

Ussop: Hemos pensado que estaría bien que tuvierais una cuna para el pequeñín.

Sus compañeros les tendieron una cuna de madera preciosa. Agradecieron el gesto y fueron a ver que tal estaba su bebe. Estaba jugando con su tío, el renito y el esqueleto.

Silvia: Que energía tenéis. Yo estoy muerta.

Chopper: Normal. Hace nada que el bebe nació.

Zoro: Siéntate anda. Voy a preguntarle a Sanji sí puede hacer algo para ti.

Silvia: Gracias cariño.

El espadachín beso la frente de su mujer y se fue de allí. Silvia observo como su hijo se esforzaba por coger el pequeño muñequito que tenía Luffy. El bebe estaba sentado entre las piernas de su tío mientras esté hacia volar el muñeco sobre sus cabezas.

Silvia: Vale ya. Deja a mi pobre niño tranquilo!

Taiga: Buuuuuh!

Chopper: Ahora empieza a llorar!

El llanto del bebe comenzó y todos se alertaron. Fueron corriendo a donde estaban y vieron al capitán KO en el suelo con un gran chichón en su cabeza. Silvia tenía al bebe en brazos.

Nami: Que ha pasado?

Chopper: El burro de ahí. Decía que sí podía nadar y volar El Niño. Lo cogió y casi se le cae de las manos en su intento por hacerlo volar.

Robin: Tampoco sería tan alto no?

Silvia: Llegaba hasta la mitad del mástil.

Zoro: Imbécil!

Nami: Vale vale. Estas bien pequeño Taiga?

Taiga: Gu!

El bebe asintió con la cabecita y extendió los brazos hacia la navegante. La pelirroja miro a su amiga con cara de sorpresa y duda y esta le sonrió. Cogió al bebe y lo sostuvo contra su pecho.

Nami: Chicos. Hemos llegado a la isla. Debemos preparar las cosas.

Santoryuu Loves the DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora