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El décimo estaba trabajando sobre su escritorio, hoy fue un día ocupado para él y no precisamente por sus asuntos laborales. Se enteró gracias a las noticias matutinas que Minene había muerto, mejor dicho que la habían asesinado y de una manera brutal y despiadada. Habló con Deus acerca de ello, ambos tenían fe en ella pero olvidaron a Yuno quien fue la ganadora en el primer mundo.

Deus: No podemos permitir que la pelirosada gane nuevamente.

Décimo: Tienes razón, sería para nada. Pero ¿Qué podemos hacer? Los demás jugadores están con ella.

Deus: Eso es lo que aparentan pero a último momento caerán en sus propias tentaciones y se distanciarán.

Décimo: Entonces ¿Hay que esperar a que eso suceda?

Deus: La mejor opción es acelerar el proceso.

Décimo: ¿Cómo?

Deus: Ese es tu trabajo.

Décimo: ¿El quinto sigue vivo?

Deus: Está en el hospital, por esa razón no creo que le quede mucho tiempo.

Décimo: ¿Cómo voy a acercarme a esos niños si siempre están juntos?

Deus: Te lo repetiré una vez más, ese es tu trabajo.  Ahora dejame tranquilo, necesito descansar.

Décimo: Estás más débil de lo que creí.

Deus: Por eso es necesario que el juego continúe sin mayores dificultades y lo más rápido que se pueda.

El décimo vuelve a aparecer en su despacho.

Décimo: Supongo que el más débil es el dueño del diario del azar. Espero poder conseguir mi cometido.

  Se dirigió al parque en donde supuso que estarían y esperó por una hora aproximadamente hasta que lo vio. Los tres estaban caminando juntos y charlando animadamente.

Décimo: ¿Por qué niños? De todos los jugadores que había tuvieron que sobrevivir estos niños.

  Se lamentó un tiempo pero finalmente sacó un arma, aunque no se percató que sólo había dos niños hablando en vez de tres, apuntó a Yukiteru y cuando estaba por dispararle oyó una voz viniendo de sus espaldas.

Voz: Baje el arma o se arrepentirá.

Rápidamente arroja el arma al suelo y queda petrificado del miedo.

Akise: Bien hecho Yuno, lo atrapaste. Si no me equivoco... ¿Eres el décimo verdad?

Décimo: S... Sí.

Yukiteru: ¿Cuándo nos van a dejar en paz?

Yuno: Cuando es juego termine.

Akise: Y eso sucederá cuando todos nosotros, excepto uno, estén muertos.

Décimo: Por favor dejenme ganar, ustedes no sabrían como controlar el mundo. No sabrán como ser dioses.

Akise: Tal vez sea lo mejor. Nosotros somos muy jóvenes para esto.

Yuno: Pero el juego no es así, seguimos las reglas y sobrevivimos. Capturamos al último poseedor y debemos matarlo.

Yukiteru: Pero...

Yuno: No pudo con tres niños, no está capacitado para ser un Dios. En cambio nosotros con tan poca edad demostramos ser dignos de ganar o *mira de reojo a Yukiteru* dos de nosotros lo demostraron.

Akise: Sigo pensando que no merecemos ganar.

Yuno: *dispara a sangre fría hacia el décimo* Pues yo sí.

Mi Querido Akise Kun //Terminada//Where stories live. Discover now