☆2

2.1K 158 25
                                    

"El momento que da más miedo, es siempre justo antes de empezar.

Stephen King."

Mina.

Lo último que esperaba escuchar, en un momento como este, eran el conjunto de adjetivos calificativos que el hombre guapo me regalaba. Nada agradables, siendo honesta.

Mi abrazo no era bien recibido, ni mi presencia. Ni siquiera respirar el mismo aire que este hombre.

<<No importa>>

Su aroma es tan embriagante para mis sentidos que paso por alto un pequeñísimo detalle. Minúsculo a decir verdad.

<<Oh, oh>>

-Eres... eres...- comienzo a tambalearme, repentinamente presa de una aversión que desconocía.

-El dueño de este lugar, ¿Cómo te atreves a tocarme? ¿Deseas morir acaso?

Mi cerebro algo aturdido por este descubrimiento, se digna a alertarme tardíamente que la criatura frente a mis ojos no era nada más ni nada menos que un chupasangre.

Un vampiro.

Mi raza y la suya son enemigas mortales. Son siglos de rivalidad entre especies.

<<Esto no puede ser. ¿Por qué a mí?>>

Gracias a los astros un sonido lo distrae de lo que sea que cruzara por su cabeza al mirarme. Tiemblo. Irónicamente me había convertido en una intrusa en la boca del lobo.

- ¡Thanos!... ¡¿Estás aquí!?

Él toma bruscamente mi mano lanzando una maldición al aire. Da una rápida mirada a nuestro alrededor y comienza a caminar conmigo casi a rastras. Nos alejamos a una velocidad considerable del área de las caballerizas. El terreno donde se encontraba la mansión era tan amplio que sus límites estaban marcados por un espeso bosque silvestre.

Observo con detalle la blanca mano que toma la mía. El galán que marca el ritmo de nuestra caminata me lleva agarrada con fuerza. Un cosquilleo involuntario se apodera de mi estómago y mis piernas. Creo que me desmayare de la ansiedad en cualquier momento.

<< ¡Aww nuestra primera caminata juntos!>>

Nos detenemos abruptamente. Mis piernas fallan a último momento logrando enviarme de bruces al suelo mohoso. Incluso trago un poco de tierra con mi aterrizaje.

-Bien- él mira a nuestro alrededor una vez más, - a partir de aquí te pierdes... no se te ocurra regresar a los límites de la mansión.

- ¿Qué? ¿Dónde estamos?- pregunto desconcertada. Bien podría tener la decencia de al menos explicarme hacia donde rayos quiere que me vaya.

-Lárgate - responde brusco. - Desaparece.

- ¿Disculpa?

No es necesario que haga una revisión de la antipatía que mi compañero posee. Entiendo que para él debe ser difícil el aceptarme...

- ¿Eres idiota? ¿No ves que es lo que no encaja aquí?- nos señala a ambos con rabia. Niego, no quiero saber qué es lo que tiene para decirme. -Es una pérdida de tiempo, esfúmate lobita. Lo que sea que tu ilusa cabeza este maquinando... pues no sucederá.

Si hacemos un minuto de silencio se puede oír el resquebrajo de mi corazón en este frio bosque.

- ¡Espera, no corras! - lo sigo apenas decide abandonarme. Un frio "no me sigas es pronunciado por sus bonitos labios" pero no obedezco. Él se gira tan enojado que finalmente comienzo a imaginar mi funeral. Se acerca un par de zancadas y mirando fijamente mis ojos habla.

HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora