☆7

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"Y de repente, llega alguien con mucha luz; y no le importa que tan obscuro estés. Se queda ahí, a tu lado, iluminandote."

Thanos


La molesta música del desayunador potencia en demasía mi mal humor esta mañana. Eso y, la indeseable compañía que tenemos.

— ¿Entonces, vas a decirme que es una casualidad encontrarte aquí en Las Vegas? — el tono de voz que empleo hace notar todo el desagrado que siento de que las personas se inmiscuyan en mis asuntos.

Un mes. Un caótico mes "festejando" la unión de clanes. ¿Qué somos? ¿Primates?

—No. Mis padres me enviaron para acosarlos — responde cantarina nuestra acompañante.

Anelka Reinch es una vampiresa rusa, la menor y por lo tanto heredera del clan Reinch. Futura prometida de alguno de los Allegheny.

—Muy graciosa. Pero no estoy de humor para servir de niñera, Klaus ya lo sabía.

Ella observa embelesada a Blaine quien no hace otra cosa que revisar su celular cada cinco minutos. Iluso, idiota, débil.

— ¿No escribe, verdad? — pregunta curiosa.

— ¿Quien? — lo observo de reojo, ¿acaso hay algo más vergonzoso que ser atrapado husmeando en la vida de los demás?

—La muchacha de la que estas enamorado. La del cabello negro, revisas su foto cada dos minutos.

Touchè.

Benedict escupe el jugo que tiene en la boca al momento de oír a Anelka y la conclusión a la que ha llegado. Finjo desinterés, pero me mantengo alerta para oir la patética explicación que mi hermanito lanzará.

—No sé de qué hablas — responde cortante y encogiendo sus hombros. — No me estoy fijando si Mikeila se conecta o no.

Idiota.

Esto ha sido suficiente. Me levanto de la silla y le ordeno a ella que me siga.

Nos detenemos frente a los ascensores y peribo su titubeo.

—No te casaras con Blaine, si hay alguien con quien tengas que realizar una alianza ese soy yo. Le haré el favor al clan Reinch de desposarte así que deja de hacerte falsas ilusiones.

Después de pensarlo detenidamente, analizar los pros y los contras he decidido ceder.

— ¿Disculpa?

—Créeme, ambos saldremos ganando. Tampoco es necesario que hagas un escándalo o anuncies con bombos y platillos lo de nuestro compromiso— reviso mi reloj — te daré algo de tiempo para que consideres lo que he dicho.

¿Considerar he dicho? A leguas se puede ver su interés en uno de nosotros. Estas chicas casaderas del siglo XXI son tan básicas.

— ¿Qué?...

— Te veo después,  tengo una reunión ahora.

Me encamino a la habitación, sin prestar atención a su respuesta. Si ordeno algo, se cumple.

Sutter no ha dejado de enviarme mensajes, solicitando mi atención. No había prestado atención a ellos hasta que en uno de estos mensajes se hace mención a cierta persona todavía más indeseable que la vampiresa rusa.

"Señor, debo informar de la presencia de una joven licántropa entre nuestros empleados. Se le ha visto muy interesada en el área del piso 37. ¿Desea usted más información o me deshago de ella?

HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora