¡GRACIAS!

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Acabo de despertar y mi cuerpo me duele un montón. ¿Dormí en el piso?. Me levanto y mis ojos arden, he llorado hasta quedarme dormida. Enseguida miro el reloj y son las 9:51 am, obviamente ya estoy tarde se supone que tendría que llegar a las 8:00 am. ¡Que mas da!, no tengo ánimos de nada.

Voy hasta la ducha y al salir veo varias llamadas perdidas, imagino que es Daniel marco nuevamente.

-Hola mana-

Es Helena

-Hola- contesto desanimada

-¿Que te pasa?-

-Larga historia. ¿tu como estas?-

-Ha pasado algo con Daniel ¿Verdad?-

Lógicamente, eres el dueño de todas mis lagrimas Daniel Ortiz

-Si. Te necesito- Mis lagrimas querían salir nuevamente, mientras yo luchaba por contenerlas.

-¿Quieres que valla a casa?-

-Estoy en RD, viajes del trabajo-

-Entonces esta complicado, pero pronto nos veremos-

Voy a contestar, pero alguien toca mi puerta.

-Te llamo luego mana-

Cierro el celular y voy hasta la puerta. Al abrir veo a Santiago con una linda sonrisa. le sonrió igual y lo invito a pasar.

-Déjame adivinar; ¿lloraste toda la noche?-

-¿Tanto se me nota?-

Bueno si, al mirarme al espejo tengo los ojos hinchados y mi pelo echo mierda,

-¿Quien te hizo eso conejita?-

Me abrazo y no aguante mas, me eche a llorar en su hermoso traje negro. Estoy devastada y no me importa nada. Lo abrazo fuerte y mis lagrimas no paran mientras el acaricia mi cabello.

-¡Un idiota!-

Seca mis lagrimas

-Ya no llores mas- Me sonríe y me hace sonreír -vístete, hoy no iremos a trabajar-

-¿A donde vamos?-

-Sera una sorpresa-

Le sonrió y rápidamente me visto. Unos vaqueros negros, blusa de tiros blanca y unas vans negras. Hago en mi pelo una cola, maquillo un poco mis ojeras y estoy perfecta.

-Lista, vamos- digo

-Esa es mi conejita- dice Santiago al verme.

Bajamos las escaleras y en la puerta del Hotel me topo con ojos cafés favoritos. DANIEL Me mira, lo miro y esta hermoso, se paraliza al verme y yo igual, me sonríe débilmente y mis ojos se empiezan a llenar nuevamente de lagrimas y en mi cabeza solo se repite ¨NO LLORES¨. Santiago al verme en ese estado me toma de la mano y me saca del allí.

Nos subimos al auto y es cuando estallo, Santi solo me mira sin decir nada, ya me conoce.

Todo se acabo entre el y yo, sin vuelta atrás, ya no debo seguir pensándolo. Me haces daño Daniel, ya sal de mi mente... ¿A quien engaño? no puedo ni quiero olvidarte, solo quiero que me abraces y nunca me sueltes. No te quiero lejos.

-Llegamos-

Miro a mi alrededor y reconozco el lugar, es una pequeña caseta donde Santiago y yo solíamos escaparnos cuando eramos niños.

Salimos del auto y caminamos hasta ella, no paro de sonreír al ver y recordar todos esos lindos momentos de mi niñez.

-Gracias- Me lanzo a sus brazos y lo abrazo fuerte.

Esta todo igual que antes, corro por todos lados como una pequeña, Santiago me mira y ríe a carcajadas por verme tan emocionada.

-Acércate- dice -¿Lo recuerdas?-

Me señala un árbol, donde solíamos escondernos cuando mi padre venia a buscarme. Sentía una gran adrenalina cuando veía a mi padre venir con el cinturón mientras Santiago y yo subíamos a ese árbol.

-Quiero subir- digo emocionada.

-Ni lo intentes, no quiero tener que llevarte al hospital-

-Lo are-

Comencé a escalar y cuando casi agarra el ritmo, caí de espalda contra el suelo. Grite, pero solo de la emoción.

-¿Estas bien?-

-Solo un poco oxidada, necesito mas practica-

Rió y yo solté una gran carcajada. Siento un derroche de emociones que quiero explotar, por un lado triste y por otro feliz. Un rato lloro de felicidad y otro rato rió de tristeza, a este paso quedare loca.

El día se nos paso volando, comimos, dormimos, reímos y lloramos pero sobre todo nos divertimos como cuando eramos dos niños pequeños. Regresamos al hotel y eran las 7:44 pm, estaba oscureciendo.

-Vamos por algo de tomar- digo.

Salimos del auto y fuimos hasta el bar del hotel, pedimos unas bebidas y nos sentamos. reíamos y tomábamos.

-¿No es ese tu cuñado?- dice Santiago señalando la mesa que esta detrás de mi

Volteo mi mirada y choca junto a la de Daniel, quien estaba al lado de la misma mujer de siempre. Los celos, el coraje y nerviosismo llegan hasta mi. Me volteo otra vez a Santiago

-Vamos- digo levantándome

-Pe-

-No reclames nada, solo levántate y vayámonos-

Asintió no sin antes hacer un puchero, se levanto y salíamos. Mire a Daniel quien no me había quitado los ojos de encima, caminaba hasta el para gritarle pero Santiago me detuvo y a rastras me subió a mi habitación.

-No hagas locuras- dijo parándose frente a mi habitación.

-Gracias por este hermoso día y por evitar la locura de hace un rato-

-No es nada conejita-

Beso mi mejilla, se volteo y yo sujete su brazo, volvió su mirada a mi y bese sus labios intensamente... No se que estoy haciendo.... Entro a mi habitación y cerro la puerta seguíamos en nuestro beso, mientras la intensidad aumentaba. levanto mi blusa dejándome solo en brasiers, bajo hasta mi cuello y me besaba.

-No, para- dije alejándome

-Lo siento, yo no-

-No te disculpes, yo fui quien inicie- dije interrumpiéndolo -Perdóname-

Me coloque mi blusa y abrí la puerta.

-Hasta mañana, Santi- dije sonriendo

Este beso mi mejilla nuevamente y salio de la habitación.

¿Que me has echo Daniel?

Mi Cuñado Y Yo [+18 ©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora