Parte 92

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- Buenos días... - el médico les indicó que tomaran asiento y enseguida se interesó por el motivo de la consulta - ¿Qué los trae por aquí? ¿Has sentido algún tipo de molestia por el stent, o pasa alguna otra cosa?

- En realidad, no sé si lo que pasa tenga que ver con el stent, por eso vine - respondió Marisa - Ya hace un par de días que vengo sintiéndome muy cansada; además, he padecido algunos mareos repentinos.

- Es un poco extraño que se presenten ese tipo de síntomas - comentó el médico - Vamos a ver cómo va tu tensión, para cerciorarnos de que no está elevada, y sea eso el motivo de todo.

Marisa se quitó la chaqueta y se subió la manga de la blusa para que el facultativo pudiera medir su tensión sanguínea; tras examinarla y hacerle un par de preguntas, dijo que todo parecía estar normal, pero que de todos modos le indicaría una serie de estudios, para asegurarse de que no se le pasara por alto algo que no se podía detectar a simple vista. Nacho se había mantenido al margen hasta ese momento, sentado en silencio mientras el médico examinaba a Marisa, hasta que ya no pudo con la duda que tenía y se decidió a mencionar algo que él veía que no se estaba teniendo en cuenta.

- Marisa, ¿recuerdas lo que te pregunté antes de entrar a la consulta? - Nacho esperó un segundo y, al ver que ella no decía nada, optó por comentarle al médico de qué se trataba - Doctor, creo que sería oportuno incluir, entre los estudios que iba a pedir, un test de embarazo.

- ¿Crees que sea necesario? - preguntó el médico a Marisa - Es decir, ya sé que ustedes acaban de casarse hace poco, pero... 

- No creo que lo sea, no... de todas maneras inclúyalo - ella miró a su marido - A ver si te quedas tranquilo con eso.

Nacho no comentó nada más, aunque no le había caído bien el tono en que Marisa le hablara; el médico extendió las órdenes para los estudios, incluído el test de embarazo, y luego les indicó que regresaran cuando tuvieran todos los resultados. La pareja salió del consultorio después de despedirse del médico y, cuando Marisa dijo que ya podían ir a la empresa, él sugirió que antes pasaran por el laboratorio; ella hizo un gesto de fastidio, pero Nacho la tomó con delicadeza por el brazo y la llevó casi a rastras para que se hiciera el análisis.

- Mira, yo entiendo que no te importe demasiado; pero para mí sí es importante saber si estás embarazada o no - dijo Nacho mientras esperaban que la llamaran para extraerle sangre.

- En ningún momento dije que no me importa - Marisa no entendía esa fijación que parecía tener él con el tema, además de que estaba casi segura de que le pincharían el brazo por nada - Sabes que nos hemos cuidado para que no pasara; eso, ante todo... ya estuvimos en una situación muy parecida a esta, no sé si lo recuerdas.

- Lo recuerdo perfectamente.

- No sé con qué fin insistes tanto en querer saber si estoy o no; pero, te advierto: un embarazo no va a impedir que nos divorciemos.

Nacho no pudo decir lo que quería responderle, porque en ese momento llamaron a Marisa para extraerle sangre y, cuando ella salió del box del laboratorio, se preocupó al notar que venía algo pálida; se sentaron a esperar el resultado, en la misma banca y sin dirigirse la palabra, como si hubiera un acuerdo tácito entre los dos para guardar silencio. Aunque no le hablaba, cada tanto la miraba de reojo para asegurarse de que estuviera bien, y se sorprendió un poco al verla con una mal disimulada sonrisa, como si algún recuerdo la invitara a la risa; Marisa lo miró de reojo también, descubriendo que Nacho la estaba observando con atención.

- Acabo de recordar lo que pasó aquella vez - dijo Marisa, trayendo al presente el día en que ellos estuvieran también esperando el resultado de otro test de embarazo; Nacho preguntó a qué se refería, concretamente, y ella casi suelta una carcajada - Lo siento; no puedo evitar reírme... Ese día te pusiste de un modo que, ahora que lo recuerdo, me da mucha risa...

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