Viaje a Konoha. Conociendo a gente nueva.

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En la puerta se encontraban sentados en la sombra dos ninjas de la hoja, pero Eri no se había fijado en ellos por ir corriendo tan emocionada y cruzó la puerta corriendo mientras que los dos guardias se levantaban y empezaban a gritarle a la niña ...

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En la puerta se encontraban sentados en la sombra dos ninjas de la hoja, pero Eri no se había fijado en ellos por ir corriendo tan emocionada y cruzó la puerta corriendo mientras que los dos guardias se levantaban y empezaban a gritarle a la niña que se detuviera.

La pelirroja hasta el tercer o cuarto grito no volvió la cabeza y cuando lo hizo vio como una estrella ninja se acercaba peligrosamente hacia ella a una velocidad de vértigo la cuál de no haber sido por Tioga que la detuvo con su katana desviándola se habría clavado en su rostro.

Las piernas de Eri comenzaron a temblar del susto y del miedo que ese pequeño trozo de metal puntiagudo le había causado mientras los otros dos shinobis junto al kazekage llegaban tranquilamente a la puerta cruzando el umbral, la pequeña al ver a su padre se levantó y corrió a esconderse tras de él de forma algo torpe.

- Oh... es el kazekage... -habló uno de los dos guardias remarcando lo obvio- Lo sentimos, esta niñ... -recibió un codazo de su otro compañero- Qui-quiero decir su hija...

El kazekage cogió la mano de su hija con firmeza y se marchó de allí sin escuchar las palabras de esos dos, y cuando ya estaban más alejados miró a su hija y le peguntó:

- ¿Estás bien? ¿Te has hecho algo?

Eri negó con el rostro aguantándose las lágrimas.

- L-lo siento... No sabía que iba a pasar eso –sollozó, era la primera vez que le lanzaban una estrella ninja con la intención de herirla y eso la había asustado mucho.

- La próxima vez esquívala, un ninja de verdad siempre tiene la guardia en alto, nunca sabe dónde puede haber un peligro, ¿entendido?

- Hai.. (Sí...)

-Ahora... -Rasa paró el paso y se agachó frente a su hija con una pequeña sonrisa y sacó de uno de sus bolsillos interiores algo de dinero- ¿Por qué no vas a jugar un poco al parque y te compras algo para merendar mientras yo estoy en esa aburrida reunión?

La pelirroja miró el dinero asombrada, su padre le había dado un billete, ¡¡era el primer billete que le habían dado!!

- ¡Wooo! ¡Un billete! –exclamó cogiendo el billete y admirándolo a contra luz- Que afortunada, qué afortunada -asentía con la cabeza, cosa que causo en casi todos una pequeña risita divertida.

-Sinki te cuidará para que no te pierdas –le informó levantándose y acariciando su cabeza- Cuando salga cenaremos lo dos solos, ¿de acuerdo?

- ¡Genial! ¡Lo estoy deseando too-san (papá/padre)!

***

El tiempo pasaba, Rasa se había ido a su reunión con el hokague hace alrededor de hora y media, Sinki y Eri llegaron al parque diez minutos después de que el kazekage se marchara y Sinki había perdido de vista a Eri desde... básicamente desde el momento en el que puso un pié en el parque, ¿cómo podía haber desaparecido tan rápido? Fácil, Eri había visto un gato que parecía una vaca y a esta le había hecho gracia.

- Ven aquí gatuu', atuuu' michinoo' piss pis pispsis –llamaba mientras perseguía al pobre gato.

El pobre gato ya cansado de que lo persiguieran saltó sobre Eri atacándola y huyendo.

-¡Gato malooo! ¡Rabioso! ¡Greñudo! –le gritaba al gato mientras se alejaba, pero como si el gato la entendiera se giró al último insulto y empezó a correr de nuevo en la dirección de la pelirroja la cuál huyó gritando.

Cuando por fin había dado esquinazo al gato Eri miró a su alrededor, no reconocía nada, estaba perdida.

Siguió caminando y mirando todo a su alrededor, total, si caminaba tarde o temprano encontraría a alguien y este podría ayudarla, pero entonces cuando ya pensaba que ese parque estaba más desierto que el mismo desierto Eri vio a un niño de aproxim...

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Siguió caminando y mirando todo a su alrededor, total, si caminaba tarde o temprano encontraría a alguien y este podría ayudarla, pero entonces cuando ya pensaba que ese parque estaba más desierto que el mismo desierto Eri vio a un niño de aproximadamente su misma edad limpiandose en la fuente unas heridas que tenía tanto en los brazos como en las piernas, aquél chico tenía unas pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos las cuales luchaba por no  derramar. Se acercó poco a poco a él hasta quedar a una distancia corta y entonces habló:

- Ey... ¿Te encuentras bien? -pregunta preocupada.

- A tí qué te importa -susurro el otro sin mirarla mientra se limpiaba unos de los brazos el cuál tenía un poco de barro.

- También tienes un poco en la cara -señaló.

- Lo sé -contestó volviendo a darle al botón de la fuente y mojandose la mejilla con agua.

- ¿Qué te a pasado? -volvió a preguntar mientras se acercaba más a él y lo miraba atentamente con sus grandes ojos.

El chico se sonrojó un poco y desvío la mirada.

- Unos idiotas... quería jugar con ellos pero ellos se rieron de mí y me empujaron pero luego me levanté y me volvieron a empujar más fuerte.

- hum... -dejó escapar mientras pensaba y sin decir nada empieza a correr alejándose del niño pero luego frena y vuelve a correr hacia él- ¡No te muevas! ¡Espérame! -le dijo para luego irse y dejar a aquel niño extrañado y confundido.

Eri  corrió de forma rápida, había visto una farmacia al lado del parque, justo en la entrada, pero... ¿dónde se suponía que estaba la entrada? Después de unos 10 minutos Eri encontró la salida, ya estaba exhausta de tanto correr pero sintió aún más peso encima cuando vio que la farmacia estaba cerrada.

- ¡Noooo! ¡Por quééééé! -exclamó cayéndose de rodillas frente a la persiana metálica.

- Hum... perdona -habló una dulce voz tocandole el hombro a Eri.

Esta se giró y vio a dos niñas las cuáles al verle el color rojo de sus ojos se sorprendieron un poco.

- ¿Si?

- Hoy está farmacia está cerrada, la que está abierta es la del barrio comercial -habla la otra chica que tenía un tono más energético en la voz.

- ¿Y dónde está eso? ¡Hay un chico que se ha hecho daño y necesito comprar tiritas y la cosa esa que cuando te la ponen te salen burbujitas y te duele pero te cura!

- Oh, en tonces usa la máquina de ahí -dijeron al unísono señalando la máquina dispensadores que contenían cosas básicas, entre ella lo que necesitaba.

- ¡Ostras! ¡No lo había visto! Pero yo no llego, lo han puesto muy alto... -Mira a las chicas- ¿Me ayudais?

Las dos chicas se miraban entre sí pero al final asintieron y la auparon para que pudiera comprar lo que necesitaba.

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¿Qué tal el capítulo? Como os dije ya está empezando a salir los personajes que me mandasteis, mañana se presentarán las dos chicas formalmente, aunque ya sabéis quienes son.

¿Quién creéis que será ese chico?
¿Dónde se habrá metido Sinki?
¿Volverá para la hora de la cena?

¡Mañana lo sabremos!

Estrellita y comentar.

Mi Pecado ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora