No se admiten Leslys

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PV Sarah

La culpo a ella.

Lesly es la culpable de que ahora tenga el pie vendado y con dolor.

Esa tipa está salada, de verdad.

Me di cuenta que es un asco en los deportes, más en baloncesto.

Llevo toda mi vida jugando básquetbol y nunca me había caído, ni siquiera tropezado.

Pero claro, llega ella y con tan sólo un pequeño roce me causa una desgracia posterior, no pasaron ni diez minutos desde que había chocado con ella cuando ya me encontraba en el suelo.

Debo admitir que me sorprendió su reacción; actuó como el héroe de la película, "rescatándome" de mi caída, tomándome en sus brazos tal cual "príncipe".

¡Por favor!

Yo no me tragaría ese cuento.

No sé qué trama, pero lo averiguaré.

Pensándolo bien, mejor no, no quiero seguir involucrándome con esa tipa.

Estoy mejor así, de lejitos, capaz me acerco a ella y me va peor.

¡Uff no! Dios me libre.

Justo ahora tengo que lidiar con un pie lastimado, como para tener más problemas.

¡Duele como los mil infiernos!

Mi papá está por llegar del trabajo para comer con nosotras, mi mamá le avisó lo sucedido y le encargó que comprara unas muletas.

Cuando ya estábamos comiendo, mi mamá tenía que dejarme en vergüenza, digo, contarle a papá todo acerca de mi "accidente".

No estoy prestando mucha atención, no me interesa revivir mi caída.

Lo más seguro es que el lunes tendré a mis amigas casi encima de mí para que les cuente todo.

Son unas chismosas, pero aún así las amo.

-...Entonces llegó a casa en brazos de una señorita muy hermosa y simpática...- Escucho a mi mamá decir y mis sentidos se agudizan.

¿Era necesario mencionar eso?

Más importante aún, ¿De dónde sacó que Lesly es "hermosa y simpática"?

-Mamá...- Le reprocho con la mirada.

Mi papá se puso serio.

-Quiero conocer a esa señorita.- Su expresión y el tono que usó eran las actitudes de un padre celoso.

-Papá, sólo es una compañera.

-Aún así quiero conocerla, me gustaría dejar unas cosas en claro.- Seguía en plan de padre celoso y sobreprotector.

-¡Ay, no seas payaso!- Lo reprendió mi mamá.

-Pero... es mi princesa.- Se justificó mi papá.

-Lo sé, la mía igual, pero debes comprender que ya no es una niña, ha crecido y se está independizando poco a poco.- Asentí con la cabeza, mi mamá tenía mucha razón, ya no era una bebé, tenía 16 años. -Y por lo mismo, ahora se interesa en jovencitas hermosas que le llaman la atención.- Iba a seguir asintiendo hasta que reaccioné ante lo dicho por mi madre.

-Mamá...- Volví a reprocharle con la mirada.

Ella ni se inmutó, su sonrisa era alegre y satisfecha; mi papá tenía un gesto abatido, siempre pasaba cuando salía ese tema de conversación.

-Deberías invitarla a venir más seguido.- Estaba claro, con ella no se podía.

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Soy heteroWhere stories live. Discover now