Capitulo 2

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-Chicos, tengo algo que decirles que tal vez sea importante - anuncie - me mudare de país.

- ¿cómo?, ¿cuándo?  - preguntaron algunos

- El sábado- dije algo desanimada

- Uhh ¡debemos hacer la despedida! - Dijeron alegres por tener una fiesta más.

- Si, no lo sé. Lo hablamos luego - nos despedimos, me dirijo a mi casa y justo cuando estoy por llegar a mi calle escucho un Biup que indica que me ha llegado un mensaje, lo Leo y me sorprendo confusamente si es que eso existe.

NÚMERO DESCONOCIDO: Emi, soy Emanuel. ¿Cómo está eso de que te vas?

Emmanuel ha sido el chico del cual he estado enamorada desde hace tres años y nunca había pasado a ser más que su “amiga” pero según yo apresar de ser su amiga no se había dado cuenta que existía por eso me sorprendía mucho su mensaje.

EMILY: ¡Hola! ¿Cómo estás? Sí, me iré esta semana.

EMMANUEL: oh, que mal ¿Qué te parece si quedamos antes de que te vayas?

Esperen, Emmanuel, ¿el chico del que estuve enamorada por siglos, me está invitando a salir justo cuando yo me mudare de país? ¡Un aplauso por mí! La chica con más suerte del mundo.

EMILY: oh, claro que si

EMMANUEL: ¿Qué tal a las 7, en la feria?

EMILY: ¡perfecto!, nos vemos allí.

EMMANUEL: Adiós  

BEEP BEEP

Mi alarma sonó. 5:30 PM Había dormido toda la tarde.

Desde que me enteré del dichoso viaje, es como si viviera solo por la supervivencia de mi cuerpo, es decir, me alimento porque sino muero. En mi día solo pasan las cosas más cotidianas, me baño, desayuno, voy a la escuela, almuerzo, me duermo, me levanto, ceno y me vuelvo a dormir. Básicamente en eso se ha convertido mi vida, es como si ya no viviera, no tengo ganas de nada, solo una depresión que logra humedecer mi almohada en las noches.

Me levanto y voy al paño para darme una ducha de 20 minutos tratando de que mis enormes nervios se vayan por el grifo junto con el agua. Al salir, empiezo a buscar entre la poca ropa que tengo fuera de la maleta para encontrar algo decente, no encontré nada, pero me conformo con un jean ajustado y una camiseta unas tallas más grande que yo de color gris y me coloco mis zapatillas,  me dejo el cabello suelto ya que después de la siesta se me han formado unos rizos muy simpáticos, para el maquillaje, todo muy normal, un poco de BB cream, rímel, me relleno un poco las cejas y esparzo un poco de humectante sobre mis labios, tome mi pequeño bolso negro y bajó las escaleras para encontrarme con mama en la sala.

- ¿ya te vas? - preguntó – si, nos vemos luego. Adiós – bese su mejilla y Salí hecha un manojo de nervios.

The FameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora