Capitulo 4

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Umm- pensó mientras introducía un pedacito de algodón en su boca -ya se, ¿Te gusta alguien ?

Uhh momento incomodo- pensé - puede ser que si puede ser que no - hey no, eso no vale! Tienes que responder - está bien, la verdad, verdad, verdad, ¡si! - dije tan roja como un tomate

-¡¿Que?! ¿Quien es? - ay por Dios, no! No le puedo decir que es el - no, no, no, ahora es mi turno - Dios estoy sudando.

-¿Te gusta Natasha?

-¿Que? ¿Natasha? Noo!!, ¿De dónde sacas eso? - casi escupe en mi cara el pedacito de algodón.

-No lo sé, todos lo dicen.

-Mi turno. ¿Quien te gusta?

-Hey! Eso no lo puedo decir, es privado! - me queje.

-El juego es que tienes que responder lo que sea con la verdad - dijo ansioso por escuchar la respuesta.

-¡Es que no puedo decírtelo!

-¿Lo conozco? ¿Es uno de mis amigos? - dijo en una actitud que no sabría explicar.

-Si no, es decir, si lo conoces pero no es ninguno de tus amigos ¡Dios que vergüenza! - dije a punto de un colapso nervioso - tú, me gustas tú - dije en un susurro audible.

-¿yo? - dijo con una gran sonrisa- asentí- ¿en serio? Wow, no me esperaba esto. - dijo en cierto estado de shock que era entendible, pues quien se espera que la chica x que invitas a salir porque se muda de país te dice que le gustas, ¡Es absurdo, Emily! Hubiese mentido.

-Tranquilo, no tienes porqué actuar como si nos fuéramos a casar. - dije tratando de ignorar que la burbuja de felicidad en que estaba se acaba de romper.

-Chicos, coloquen su brazalete sobre el círculo rojo - dijo el chico que estaba en la entrada de la montaña rusa - tomen sus respectivos asientos y abrochen sus cinturones. Que disfruten!

-Gracias - dijimos al unísono.

Oh por Dios, esto es enorme!. Nunca he sido buena con esto, siempre le he tenido pánico a estas cosas.

Tome asiento casi temblando.

-Tranquila, dame tu mano, juro que ser… - una última pregunta - dije interrumpiendo le

-¿Por qué me invitaste a salir? - dije en un acto de valentía producto de la adrenalina que se está apoderando de mi cuerpo.

-Porque eres la chica de la cual siempre estuve enamorado - dijo con sus mejillas un tanto rojas.

-¡¿Que?! ¡AHHH! - sentí que el corazón se me salió por la boca, no sé si por lo que me acaba de confesar o porque comenzó el sufrimiento de la montaña rusa.

The FameWhere stories live. Discover now