Capitulo 3

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-Estás preciosa! - exclamó Emmanuel logrando un suave color carmesí en mis mejillas.

Estábamos caminando por el parque de diversiones a paso lento, charlando de la vida, junto con el viento y las estrellas que nos acompañaban esta noche.

-Gracias, tu no te quedas atrás - dije muy tímidamente, la verdad que esto de hacer cumplidos o que me los hicieran a mí no era una de mis cualidades.

El estaba más hermoso que nunca, Lucía una camiseta azul obscuro y unos jeans negros, tenía su cabello despeinado por el viento y traía una sonrisa inigualable, lo mejor de todo es que ¡huele de maravilla! Huele a hombre, a bebe, a Dios, a todo lo maravilloso de este mundo.

-¡Hey mira esa montaña rusa! !luce agradablemente terrorífica! !vamos!- dijo con una expresión en su rostro como un chico de cinco años al que le regalan un pastel de helado.

-¿Agradablemente terro… ¡HEY!- me tomó de la mano obligándome a correr con él hacia las personas que esperaban impacientes por subir a la “agradablemente terrorífica atracción”.- Pero la fila es enorme, estaremos aquí días - dije tratando de dejar toda mi vergüenza atrás.

- ¿Qué tal si vamos por unos algodones de azúcar y los comemos charlando mientras esperamos en la fila? - ¡Siii! - dije algo emocionada, es que ¡Amo el algodón de azúcar! Y más si estás en un parque de atracciones.

Caminamos hacia el carrito mágico que creaba nubecitas de colores comestibles.

Era increíble la felicidad que estaba sintiendo en ese momento, a pesar de que en este último tiempo había estado muy triste y con los ánimos por el suelo, pero es que todo está tan perfecto en este momento: La mejor parte del día, la noche, nos arropa con un hermoso cielo estrellado, el viento corre suavemente, las risas de los niños y la música de los carruseles hacen una hermosa melodía y estoy al lado del chico del que he estado enamorada toda la vida. Ciertamente la felicidad son pequeños momentos, que te hacen sonreír hasta no poder más y palpitar el corazón con un momentáneo pero inmenso amor hacia la vida.

- Ten - me ofreció una deliciosa nube rosa -¿ te gusta?- pregunto al notar la expresión de mi rostro

Me encanta.

Hablamos de cosas random que han  sucedido estos últimos años mientras que volvíamos nuevamente a la fila

Juguemos a las 5 preguntas - sugirió - está bien, empieza tu - dije.

The FameWhere stories live. Discover now