Capítulo 8

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- Gracias por traerme. - dijo Camila en voz baja tan pronto como se bajó de la camioneta de la ojiverde

Lauren iba a responderle con una picardía para levantarle un poco los ánimos a la mujer de piel morena pero se vió interrumpida cuando la puerta de su camioneta se cerró prácticamente en sus narices. La hija de Alejandro en realidad era muy rápida y escurridiza.

- En verdad debiste haberme advertido sobre lo preciosa que era tu hija mayor, viejo. - habló a la nada, negando ligeramente la cabeza para después voltear y ver cómo Liam le abría la puerta principal de la hacienda a la morena

Antes de que la hija de su ex jefe desapareciera finalmente por la puerta, la ojiverde se permitió observar su cuerpo de pies a cabeza, sin embargo una imagen mental de Alejandro viéndola con el ceño fruncido por ver a su hija de esa forma hizo que rápidamente alejara la mirada del cuerpo de la morena.

- Diablos. - maldijo en silencio arrancando rápidamente para alejarse hacia donde estaban las casas de los trabajadores

* * * * *

Mientras que su hermana veía televisión en el salón, Camila se quedó revisando más documentos en la oficina de su padre en compañía del licenciado Rickman y de uno de los abogados de Sinuhe para poder comprobar que todo estaba en orden y de una vez por todas firmar la sucesión de derechos de propiedades y negocios de su padre, sin embargo aquella reunión se vió interrumpida cuando uno de los trabajadores del viñedo entro sin permiso informando que Nicholas se había caído en un río mientras jugaba con Liam.

Tan pronto como escuchó aquello los colores del rostro de la morena se tornaron rojo intenso, similar al de los personajes de caricaturas, lo único que le faltaba era sacar humo por la nariz y las orejas, pero eso ya no lo pudieron averiguar ambos abogados ya que la castaña había salido de la oficina hecha una bala.

Sin importarle nada ni nadie, Camila llegó directamente a las caballerizas ganándose una mirada interrogativa de la ojiverde que anteriormente la había traído de regreso a casa y tomó uno de los caballos que estaban tranquilamente en los establos colocándole una silla de montar para después posicionarse encima de él y cabalgar a toda velocidad hacia donde se encontraba el río.

Mientras más se acercaba al río se percató de la cantidad enorme de trabajadores que habían rodeando las orillas y eso la hizo enfurecer aún más, con ellos por no meterse al agua y sacar a su hijo, y con ella por permitirle a Nicholas haber salido de la hacienda para jugar.

- Señorita Cabello, su hijo... - trató de hablar Liam pero la castaña lo empujó para poder llegar rápido hasta la orilla del río

-  ¡Saquen a mi hijo de ahí, no sabe nadar! - gritó enfurecida

- No podemos entrar, la corriente está muy fuerte. - explicó un hombre a sus espaldas - Podría matarnos.

- Ya mandamos a algunos hombres al otro lado del río por las tierras de los Issartel para que tiren cuerdas hacia su hijo, señorita, pero aún no logramos localizarlo.

- ¿Cómo que no logran localizarlo? - preguntó totalmente asustada

- Tan pronto como ingresó al agua la corriente lo arrastró muy lejos. - explicó uno de los trabajadores - Estamos caminando en la orilla desde hace varios minutos para tratar de encontrar por donde pueda estar.

- ¡Rápido, aquí, aquí está! - gritó otro hombre a lo lejos haciendo que todos salieran corriendo en su dirección, incluida Camila

- ¡Ayuda! - se escuchó el grito de auxilio del pequeño niño

- ¡Nicholas, no te sueltes! - bramó al ver a lo lejos que su hijo se sostenía de un tronco intentando no dejarse llevar por la corriente del río - Maldita sea, maldita sea. - murmuró - ¡Tranquilo, cariño! - comenzó a quitarse los zapatos para entrar pero entonces recordó que ella al igual que Nicholas no sabía nadar y la impotencia que había dentro de ella comenzó a crecer aún más

All i ever need • camren •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora