Ella aceptó, pero no contábamos con que un gato había entrado en la noche anterior y había encontrado al conejo antes que nosotras. No se lo había llevado pero lo dejó demasiado lastimado y al día siguiente inocentemente traté de sacar a la criatura ya fría y tiesa con mis pequeñas manos, al sacarlo solo conseguimos un charco de sangre increíblemente grande que manchó mi pequeño vestido color blanco. Ame la sensación de ver mi vestido bañado en sangre, así que seguí mi instinto y cuando mi abuela no veía guarde el pequeño conejo en una manta roja,Metí la manta a una bolsa y me lo llevé. Al volver a casa de mi abuela lo escondí debajo de mi cama.
Al día siguiente saqué el conejo al patio, lo abrí con un cuchillo y cuidadosamente le saqué todo, más tarde tomé una almohada y le saqué el relleno de algodón para ponérselo dentro a mi nuevo muñeco, lo cosí y para ser sincera, fue el muñeco más lindo que jamás vi.
Llevé el muñeco a mi casa, donde mi padre lo vio y me preguntó :
-¿De donde sacaste esto?
Con miedo a que me quitaran mi pequeña creación contesté- Me lo encontré tirado
No me respondió y se fue, pude notar su cara de angustia al irse alejando.
Yo sabía que me estaba pudriendo por dentro y que hacer un muñeco de un conejo vivo era una abominación, pero también sabía que no había nadie que me detuviera y yo no sería la excepción, el conejo ya estaba muerto, yo no lo maté, solo quise hacer un muñeco y con el que no lastimaba a nadie, así que no importaba.
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