Seguí avanzando cada ves más y más hasta lograr perderme, era un pueblo lleno de monte y muy pequeño así que pensé en que pronto encontraría la casa de mi bisabuela y no me preocupé.
Pasaron aproximadamente 15 minutos y no encontraba la casa, lo único que alcanzaba a ver era un pedazo de camino terroso. Decidí acercarme hasta que tuve un muy mal presentimiento, algo no estaba bien.
Me detuve ,entonces fue cuando todo sucedió: Un niño pasó caminando con una canasta llena de pan dulce, a medio camino se detuvo, fue entonces cuando una camioneta negra con vidrios polarizados se acercó al niño, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo,me agaché y me escondí detrás de una gran roca sin dejar de ver. De la camioneta bajó una persona con una mascara de venado y una capa negra, sacó un arma y apuntó a la cabeza del infante, el silencio desapareció un fuerte ruido se escuchó, las aves volaron y la persona regresó a la camioneta y esta se echó a andar, para mi suerte aun estaba lejos del camino, no obstante, había visto todo, no me quedó nada más que echarme a correr, no miraba nada más que la horrible escena dentro de mi cabeza y la pequeña piedra que se hundía en el líquido rojo que brotaba de la cabeza del niño al cerrar mis ojos.
No recuerdo el camino,solo recuerdo que al darme cuenta ya estaba en la casa, al llegar brotaron lagrimas mías,me tiré en el pasto solo veía como caía agua de mi cara como pequeñas cascadas, mi vestido aun conservaba su blancura pero mi consciencia ya no, dejé de llorar y entré a la casa, me cambié y desayuné, fue entonces cuando todos también bajaron a comer, todo iba bien hasta que mi abuela dijo:
-Mataron al hijo del panadero
Dejé de guardar la postura y me desvanecí, volví a llorar como si lo conociera, nadie entendió y yo nuca dije una sola palabra de lo que había visto.
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