Capitulo IV

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Lo que ese molesto ratón de música le había dicho era verdad, luego de que se fuera no volvería a ver a Lyon Cesari, solo en sus sueños y no serían suficientes nunca mas.

Eso la angustiaba, quería que Cherí se callara, dentro de su cabeza era un sonido molesto, en realidad comenzaba a molestarla también, ella era buena para eso y Abi raras veces se molestaba en serio.

Lo escuchaba de todos en la banda, de todos en la escuela. Esa chica era problemática y tenía muchos enemigos por su forma de ser. Siguió caminando con normalidad pero comenzó a llorar, no entendía ni siquiera porque sentía tanta impotencia, no le importaba si estaba bien o mal, ella quería que esa persona sonriera como lo hacía cuando hablaba de la violinista y que estuviera bien y ahora no podría verlo con sus propios ojos.

Era frustrante, no poder ni siquiera mirarlo, ella nunca había sido una niña caprichosa, ni celosa, ni rebelde, su adolescencia estaba pasando tranquilamente, sin contratiempos ni peleas. Con lo que ella no contaba era que conocería a ese hombre en la realidad.

Tal vez solo estaba impresionada por como un sueño podía hacerse realidad y su corazón pensaba que era el destino o significaba alguna cosa que tal vez no fuera cierta pero muy en el fondo tenía la sensación de que Lyon Cesari, sin duda cambiaría su vida para siempre.

Ella caminó tranquilamente, hasta salir del hospital, el objetivo era ir a la escuela, pero su corazón estaba mas afectado de lo que pensó, así que fue a un pequeño café, estando allí, llamó a Ekaterina, ella sin duda sabría donde podía encontrar a Cherí Cesari, sin duda donde ella estaba, estaría su padre. Ekaterina era la reina de la información y la líder del club de periodismo:

-Lo sé, es sobre el ratón de música necesito direcciones, donde estudia, no, ella no me interesa, me interesa alguien relacionado con ella, ¿que? espera no tan rápido ¿puedes pasarme eso por mensaje? de acuerdo, no importa, no voy a ir a la escuela todavía primero debo averiguar una cosa, está bien, me pasas tus apuntes y es todo. No. no he terminado con Aldreich, cálmate, todo está bien, si, lo sé ¿puedes mantener esto en secreto? te compraré ese brazalete.

Luego de colgar pasados 10 segundos le llegó un mensaje con una dirección a la cual se dirigió casi de inmediato, no estaba tan lejos, de donde se encontraba, tomó un autobús, y llegó luego de 20 minutos a una academia de música.

Cuando se dispuso a entrar se acobardó y simplemente huyó a la escuela, allí pasó la tarde decidiendo cual sería el próximo paso que debía dar.

Todos la saludaban los profesores incluso preguntaban como estaba su madre, si estaría bien, ella decía que si con una sonrisa. Era una alumna muy querida,una de las mas carismáticas de la escuela pero hoy simplemente no andaba muy bien lo que le ganó una conversación en la consejería que sin querer encontró en los pasillos y como se llevaba bien con todos, estando distraída fue a hablar con él.

-Hola Abigail ¿como estas?

-No lo sé, no me siento muy bien hoy, Adolph, creo que estoy en la búsqueda de un propósito, estoy envejeciendo muy pronto.

Adolph se rió con ganas, el consejero de su escuela era muy joven y el amor platonico de muchas, también de Abigail pero, ella siempre conversaba con él, luego de ofrecerle un poco de té le dijo sonriendo:

-No creo que estés envejeciendo, mas bien creo que estás tratando de encontrar tu propósito, que es lo que quieres hacer ¿has conversado esta clase de inquietudes con tu familia?

-En realidad no, mi mamá tendrá un nuevo bebé, no quiero preocuparle, creo que quiero aprender a tocar el piano, ya sé lo estudiaré de todos modos y sé cómo lograr entrar a la universidad, todo está saliendo bien con el club, no me queda mucho tiempo libre pero siento que falta algo.

Entre NotasWhere stories live. Discover now