Back to you ↛ Jikook (2da temporada)

Capítulo 1

Han pasado dos meses. Dos maravillosos meses en los que he sido realmente feliz. Jimin es el mejor novio del mundo, es lo único que podría pedir en esta vida, mil veces más lo seguiría eligiendo. Aún recuerdo nuestra boda, cuando nos besamos en el altar y luego miramos juntos las estrellas. Recuerdo su promesa.

Nuestras memorias aún siguen grabadas en mi mente. Cuando correteabamos por todo el lugar y él me gritaba que Le gustaba. Cuando yo elegí a Taehyung sólo para molestarlo. La primera vez que me abrazó cuando estábamos durmiendo, y el día siguiente a ese, cuando repentinamente comenzaba a ponerme nervioso.

—¿En qué piensas, bebé?—llamó mi atención, acariciando mi mejilla.

Jimin está detrás de mí, abrazadome por la espalda. Sus piernas están a cada lado de mi cuerpo y sus manos juegan con la pulsera en mi muñeca.

—En la primera vez que nos conocimos, nuestros primeros momentos.—sonreí, girando mi cuerpo para mirarlo.

Él me devolvió la sonrisa, posiblemente recordando también aquellos momentos. Me perdí en sus ojos, brillan con intensidad y me dejan hipnotizado. Mi boca se abrió ligeramente mientras con mi mente delineo cada rincón de su rostro.

—Lo recuerdo, fueron momentos lindamente horribles.

Solté una carcajada, es cierto. Cuando él comenzó a acercarse a Suga, debo admitirlo, los dos eramos muy idiotas. ¿A quién engaño? Lo seguimos siendo.
—No me creía que de verdad te gustará.—confesé, bajando con incomodidad la mirada.

Jimin levantó mi mentón obligandome a encararlo.—¿Cómo no podrías gustarme? Eres malditamente hermoso, Galletita.

Sonreí al recordar su viejo apodo. El calor en mis mejillas se hizo presente y una tonta sonrisa se escapó de mis labios. Jimin arqueó una ceja con indignación.

—Siempre te ibas con V.—se quejó, ignorandome por completo.

Hice un puchero con mis labios, imitando una cara de perrito.—Eso es pasado, lo hacía solo para molestarte.

—Eres cruel.

Sus ojos se clavaron en los míos al decir lo último. En cierta forma podía sentir un trasfondo en sus palabras. Quizás esté recordando cuánto lo lastime, en mi defensa no sabía que fueran reales, aparte él también es cruel.

—Tú eres un idiota.

Miré hacía otro lado, molesto y cabreado de solo escucharlo. ¿Yo cruel? Está bien, lo soy pero no hace falta recordármelo. Levanté una ceja con incredulidad al escucharlo reír con gracia.

—¿De qué te ríes?—exigí saber, desconcertado. Al notar como continuaba riendo mi enojo aumentó.—¡Jimin!

—Ya, lo siento. No te enojes, cosita.—oír como me llamó me hizo ocultar mi rostro.

Estoy completamente rojo, puedo sentir arder a mis jodidos cachetes. ¿Es que acaso para eso los tengo? Ni siquiera mi nariz me da tantos problemas. Respire profundamente, tratando de calmar mi tembloroso cuerpo.

—No te disculpo nada.

—Anda, perdóname amor, ¿sí? —preguntó, imitando la cara de perrito que antes le había puesto.

Sus ojos cerrados y sus labios en un puchero, fueron suficientes para que todo mi enojo se fuera por la borda. Sonreí al verlo fruncir el ceño, posiblemente confundido al no escuchar mi respuesta.

Me acerque a su rostro y junte nuestros labios. Se mueven torpemente sobre los suyos, explorando terreno ajeno. Lamí su labio inferior con travesura escuchándolo reír por mi osadía. Tomó el control de la situación y se apoderó de mi boca.