18. Décimoquinto intento (2)

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Que me dejes que te mire y que te bese si es que puedo, tú eres una necesidad y sólo con un par de besos tú puedes derretir mi fuego, puedes incendiar mi mar 🎶

* * *


Acarició con sus labios el pulgar izquierdo de Axel.

—Ocho. De esta mano es tu dedo anular el que está conectado al corazón. No puedo creer que esté yo hablando de esto, pero, por favor, deja que sea tu corazón quién me juzgue.

Gabriel dejó un beso en el nudillo del índice y siguió.

—Nueve. Hace algunos meses un bello ojiazul empezó a mirarme demasiado. Él creía de no me daba cuenta, pero ¿quién podría ignorar esos ojos?

Dichos ojos que ahora lo miraban intensamente mientras besaba el siguiente nudillo.

—Diez. Un día yo me acerqué para hablar con él, él no me vio, y me bastó escucharlo unos minutos para darme cuenta que yo no era suficiente para él.

Gabriel suspiró pesadamente y pasó al meñique.

—Once. Hablé con mis amigos, Sonia entre ellos, e insistieron en que debía presentarme cómo soy... Que si fingía, entonces tú no estarías enamorándote de mí...

Esta vez fue su pulgar el que acarició su muñeca, delineando las venas claras en la piel pálida de Axel.

—Doce. De verdad quería hacerlo, pero las personas solemos ser tontas y caer en provocaciones estúpidas.

Juntó su mano y la de Axel, entrelazando sus dedos.

—Trece. Como cuando eres niño, ¿sabes? Y quieres que alguien haga algo, pero sin pedirlo, como decirle a tu amigo "¿A que te gano de aquí al patio?" porque querías simplemente correr con él, pero es diferente retarlo a pedirle que juegue contigo.

Acercó sus labios al anular izquierdo, sin despegar su mirada de la de Axel.

—Catorce. Yo quería besarte, de verdad. Tanto. Sentir tus labios, saber lo que es besar a alguien especial, que tú te fijaras en mí. Así que, cuando se presentó la posibilidad, yo aposté a que te besaba.

Si esperaba ver sorpresa en los ojos de Axel...ciertamente, no la hubo.






* ~ * ~ *

Se lo dijo 😨, ¿qué creen que hará Axel?

Un beso para GabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora