18. Besos inevitables

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Sus ojos parpadeaban de mis ojos a mi boca, como si estuviera a punto de besarme de nuevo. Mi voz fue apenas un susurro: —¿Pensé que habías dicho que sólo un beso?
Pensé que habías dicho que uno no sería suficiente —susurró mientras tocaba sus labios con los míos de nuevo.
(N.R.Walker)


* * *

Cuatro: Clase de creación literaria

—Pueden escribir verso libre, ya sea un soneto, un haiku, un acróstico... No me importa la forma y el método que usen, sólo quiero que escriban.

Axel pensó en un acróstico, lo titularía "Repasando adjetivos":

¿Bonito? Bonitos tus labios.
¿Especial? Especial la curva de tu sonrisa.
¿Sublime? Sublime un beso tuyo.
¿Omnipotente? Omnipotente tú que puedes rechazar darlo a un simple mortal.


Pero Gabriel lo había elevado a más que un mortal al darle un beso y ofrecerle otros cinco. Y él ya lo había dicho, citando a Benedetti, "Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de la boca. Esa, su boca, es mi cita favorita".

—Disculpe, profesora, ¿podemos citar?

La maestra Lu lo miró con sospecha, Axel siempre fue un alumno ejemplar pero últimamente tenía muchos reportes. —Depende de la extensión de tu poema, y debes poner la fuente.

—Gracias —Axel asintió y, con una sonrisa, caminó hasta Gabriel—. Hola.

Gabriel ya estaba sonriendo, recordando la nota de Axel sobre su cita favorita, incluso antes de decir "¿Hola?".

Y fue ahí, cuando su cita favorita se hizo presente, que Axel tomó su cuarto beso.

—Amaría citar tus labios una y otra vez.


* * * * *


Quinto: Clase de mitología

Cada estudiante debía hacer una exposición de un mito, analizarlo, y realizar una pequeña representación.

Axel se decidió por El mito de Afrodita y Ares, diosa del amor y dios de la guerra.

Afrodita estaba casada con el dios herrero Hefesto, el único dios feo, era un matrimonio por conveniencia, no producía ningún deseo en ella, por lo que la diosa buscaba amantes. Tener un amante, mortal o inmortal, no estaba mal visto; no como tener uno solo, uno oficial, y eso era lo que ocurría. Afrodita mantenía una relación secreta con Ares, de quien estaba enamorada. Dos fuerzas unidas siempre, pasión y guerra, ellos eran la pareja perfecta.

Pero, eventualmente, Hefesto terminó por escuchar rumores de la infidelidad. Fue el Sol, que veía todo lo ocurrido durante el día, quien se lo confirmó, le contó que estaban juntos en su propia casa cuando él se iba al trabajo. Así que decidió ponerles una trampa, una red invisible entorno a la cama para atrapar a los amantes. Ellos cayeron en la trampa, quedaron atrapados y fueron vistos por todos los dioses.

"Sin embargo, todos los dioses comprendieron que ni el amor ni la guerra son controlables, que la fuerza del deseo es imparable y que no hay leyes que puedan regir los sentimientos. Y así, la historia de amor escandaloso de estos dos dioses pudo continuar y continuará hasta el fin de los tiempos" —Axel terminó la lectura del mito, mientras un par de compañeros, como favor a él, terminaban de representar el mito.

El maestro aplaudió y respiró aliviado cuando Axel no hizo nada raro en su clase.

En esta ocasión, Axel esperó a que la clase terminara. Gabriel fue el último que salió y Axel ya lo esperaba en la puerta. Los brazos extendidos para no dejarle paso. Gabriel sonrió, él no se quejaba, pero quería escuchar la explicación de Axel. Porque mientras que él seguramente sólo habría llegado a besarlo, Axel hacía de cada beso algo especial. Le estaban gustando estos besos robados –o tomados, ya que él se los había ofrecido antes–.

—Hay situaciones inevitables, ¿cierto? —preguntó Axel, cuando Gabriel se detuvo frente a él.

—¿Como un beso entre tú y yo? —Gabriel sonrió, con un poco de malicia, al arruinar el momento de Axel.

El ceño de Axel se frunció un momento, después sonrió y sus brazos rodearon a Gabriel mientras estrellaba sus labios en un beso ruidoso que duró más que los anteriores.

—No me importaría quedar atrapado contigo.

Un beso para GabrielWhere stories live. Discover now