« Bailando Por Amor »

Capítulo V

Es viernes. Seguro Ladybug estará disponible toda la noche, ya que mañana no tendrá clases.

Me apuro para salir. Le pido a mi chófer que me lleve a un lugar cercano al río.

— Regresa en una hora. Por favor.

Al ver que se va, me voy al escondite con la precaución de que nadie me vea. No traje mi maquillaje, pero me puse unos lentes oscuros y entré.

Quien me abre la puerta es Demoilustrador.

— Hola. ¿Como estás? –lo saludé.

— ¡¿Chat Noir?! Aah muy bien; Pasa. Que sorpresa que estés aquí a esta hora.

— ¿Sabes a qué hora viene Ladybug? —le pregunté desesperado por querer verla.

— No sabría decirte. Pero si quieres dejame el recado y yo ya se lo doy.

— ¿No se te olvidará?

— Claro que no. Te lo prometo. — me dice con una sonrisa, media extraña.

— De acuerdo (?) Dile que... Quiero verla, que necesito decirle algo. En cuando ella pueda que me vea en el puente. La estaré esperando ahí a las 5:00pm de hoy por favor.

— No te preocupes. Se lo diré.

— Gracias. Debo irme. Hasta luego.

— Hasta luego... gatito.

Tengo ganas de ver a Marinette también. Tengo cosas que preguntarle.

Vuelvo a mi ropa normal y al salir choque de frente con una persona.

— ¡Auch! Lo siento, no quise... —al subir la mirada, ví que era ella. — ¡Marinette!

— Ad... Adrien... Qué sorpresa...Auch...

— ¡Lo siento! Dejame verte.

Observé su frente para ver si no le dejé algún chichón — No te deje marca. En verdad lo siento.

— No te preocupes, Adrien. Pero, ¿Qué hacías en un callejón?

— Aaah... me estaban siguiendo, entonces me oculte aquí.

— Oh, ya veo. ¿Estas bien?

— Si. Gracias.

— Ok. ¿Me acompañas a mi clase de ballet?

— Claro que sí.

La acompañe a su clase. Subimos al autobús y platicamos en todo el camino hasta que llegamos. Entramos y no había nadie.

— Veo que eres la primera en llegar

Le dije mientras se está cambiando en el vestidor.

— No. Enrealidad...Soy la última. Dan las clases de 8:00am a 1:00pm. Yo salgo de la escuela a la 1:30 y vuelven a dar las clases a las 4:00pm y yo... a esa hora no puedo. Entonces me dan permiso de venir a esta hora yo sola. La coreografía me la pone la maestra los sábados al medio día y, yo las práctico aquí a esta misma hora.

— Wow. Tienes todo calculado. Entonces... no te atrasó más. Te veo otro día.

Antes de tocar la perilla de la puerta, me toma de la mano.

— No...No te vayas. No...No quiero regresar a casa sola.

— Pero no quiero distraerte.