Capítulo Tres.

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Gracias a la Madre Luna el celo ha pasado y juntos han tenido la oportunidad de conocerse de pies a cabeza. Los últimos dos meses han sido completamente afables y han prosperado en su relación. Después de haber despertado, JongIn se dedicó a cortejar a KyungSoo. Siempre comprándole flores, dulces o llevándolo a citas espontaneas que dejaba en ambos completa satisfacción por la química que tienen. KyungSoo disfrutaba, en cambio, las atenciones que su alfa tenía con él y no perdía la oportunidad de robarle algún que otro beso al chico mientras este estaba distraído observándole con amor y dulzura.

JongIn había tenido una charla con sus padres, sus hermanos y sus amigos; una charla que lo dejó sorprendentemente asustado porque el padre y los hermanos de KyungSoo eran más terroríficos enojados, en su estado más puro, que los amigos de este. De todas formas, comprendió que era una mecánica de defensa para proteger a la persona más valiosa del mundo y JongIn es consciente de ello porque KyungSoo es su mundo entero, tanto como lo serán los cachorros que decidan tener en el futuro. En cambio, KyungSoo no tuvo ningún inconveniente con la familia de JongIn. Ellos, por supuesto, fueron mucho más afables con él y le dejaron a entender que si necesitaba cualquier cosa ellos estaban ahí para él. Ambos tenían el apoyo de sus familias y amigos y estaban eternamente agradecidos por ello.

KyungSoo aún recuerda el día en que JongIn le propuso formalmente ser su pareja, a pesar de que la naturaleza los había unido desde mucho antes de nacer. JongIn quería ser formal y llevar con mucha calma su relación de una manera más romántica y acorde a ellos, no instintiva como muchas veces ocurría con parejas enlazadas. Era una idea estupenda ya que ello evitaba confrontaciones futuras que pusieran en una balanza su relación.

—Entonces, Jagi-yah, ¿aceptas? —Le había preguntado JongIn cuando vio que KyungSoo no respondía mientras seguía con sus ojos abiertos y sus mejillas de color carmesí.

JongIn había acostumbrado desde el inicio a decirle Jagi-yah o Soo-hyung de una manera demasiado cariñosa y empalagosa. A pesar de que el Jagi-yah comúnmente lo utilizaban las parejas enlazadas, aquella palabra parecía tan de ellos que era maravilloso y único.

KyungSoo había saltado feliz sobre él mientras lágrimas de felicidad humedecían su rostro, tras haber soltado el "Sí, acepto, Jagi" que JongIn esperaba con impaciencia. Estaba condenadamente feliz y lo había envuelto entre sus brazos mientras reía como loco y giraba con él como un par de tontos. La escena había sido muy cliché, pero las madres de ambos habían captado todo el suceso en vídeos con sonrisas amplias y ojos llorosos. En cambio, el resto solo se dedicó a sonreír con orgullo y felicidad por la nueva pareja que le faltaba poco por enlazarse.

De la propuesta había pasado un mes después de su primer encuentro, pero había sido el mejor momento para hacerlo porque la ansiedad consumía a JongIn y haber hecho ello había sido como un peso menos sobre sus hombros y en su vida. Después de la propuesta y con ayuda de sus padres compraron un departamento para vivir juntos que quedaba cerca de la universidad mientras terminaban la carrera y hacían sus planes para traer a la familia nuevos integrantes. KyungSoo había estado demasiado asustado cuando pensó en ello, pero JongIn lo calmó con besos dulces y diciéndole que no se preocupara, que él esperaría el momento indicado y que, mientras tanto, tenía todo el derecho de tomar pastillas anticonceptivas para evitar algún embarazo que todavía no deseaban, pero que, de todas formas, sería bien recibido si ello sucediera.

El imaginar cachorros de ambos les hincha el pecho y les hace sonreír dulcemente porque ese es un gran paso, pero es realmente necesario esperar el preciso momento para hacerlo.

Almas Gemelas © KaiSooWhere stories live. Discover now