Amor es de dos.

Epílogo.

No han sido muchas las personas que han leído esto, y bueno, no los culpo, ¿por qué leer sentimientos sinceros y tristes, cuando hay historias de fantasía con finales felices?

Porque sí, cada capítulo, cada palabra y cada frase han venido de lo más profundo de mi corazón (o de mi cerebro, que en realidad es de ahí de donde vienen los sentimientos). ¿Críticas? ¿Apreciaciones? Serán bienvenidas. Quiero agradecerte a ti, hay que llamarte Karen, por darte el tiempo de leer esta humilde historia; y también a ti, que eres la que me impulsó a escribir—vomitar—todo esto. Porque te quise, y hasta ahora te quiero. Esta historia no termina aquí, ya que estoy segura que sufriré muchas decepciones a lo largo de mi vida—así como éxitos, no soy negativa.

Mierda, te quiero. Te quiero demasiado y no sé por qué.

¡Ojalá nunca encuentres esto, Natalia!