Capítulo 7: Confianza

128 109 1
                                    




-¡Por fin llegas! Han venido a verte unos compañeros de clase.- cerré la puerta de casa.

Sus sonrisas lograron borrar la mía. ¿Habían dos palabras para describir todo? Sí, las había: Judith y Matt.


Me acerqué a mi madre, dejando un espacio entre ellos y nosotras.

Mamá...- dije en un susurro que solo podíamos nosotras oir.- ¿Por qué les has dejado entrar?

Me dijeron que tenían dudas de clase y que a ti se te daba bien esa asignatura. ¿No crees que esto abre tus puertas para hacer más amigos?- suspiró antes de poner una sonrisa de satisfacción.- Tengo que ir a hacer la compra.

¿Qué? ¿Te vas?- iba a dejarme con la muerte y el sufrimiento en persona.

Sí, no hagas nada raro ni me destroceis la casa. Es lo único que pido. Además, los vecinos ya se ponen muy pesados cuando oyen un mínimo de ruido.

—Tranquila, no haremos nada. Cuidaremos todo como si fuera nuestro.- dijo Matt.

Les miré asustada, ¿desde cuando sabían sonreir en mi presencia? Aunque no tardaron en actuar como normalmente lo hacían hasta que ella se fue.

Chicos, de verdad, me gustaría estudiar con vosotros pero tengo otras cosas mejores que hacer y...-Matt se adelantó hacia mi.

—Solo hemos venido a hablar, nada de estudiar. ¿No tienes cinco minutos de tu tan asquerosa vida para nosotros?

Creedme, cinco minutos no era nada comparado con las horas en clase, pasillos, recreos...

—¿Y qué pasa? ¿De qué quereis hablar?

Judith se adelantó, ella no solía hablarme tan directamente.

—¿Por qué te estás acercando a él?- ¿Se refería a Erick?- No te merece. El necesita a alguien mucho mejor. Una chica guapa- sus dedos jugaron con el pelo, como siempre solía hacer-, lista y sobretodo con popularidad. Creo que te falta bastante para llegar a donde estoy.

—Has hablado demasiado. Ahora me toca a mí.- la apartó para acercase a mí.- Me gustaría ver como te agotas.

Me llevó casi a rastras hasta mi habitación. Cerró las persianas dejando todo a oscuras. Judith encendió la luz, y con ella, una cámara. Miré hacia todos los lados nerviosa, ¿qué pasaba?

Me agarró de la espalda, me tumbó en la cama boca abajo. Mi respiración fue yendo a más, hasta pensé que mi corazón destrozaría mi cuerpo por no tener lugar donde palpitar. Su mano apretó mi costado izquierdo, dejando un rastro doloroso.

Se agachó, su cuerpo estaba contra el mío. Su boca rozó mi oreja, hasta sentí un escalofrío.

—Nos lo vamos a pasar muy...muy bien.- se rió.

Una semanas después.

Decidí, tras unos cuantos días volver al colegio y a salir por la calle. En toda la semana me había replanteado diez mil teorías de porqué seguía aquí y ninguna llegaba a un final. Solo había decidido confiar en menos personas, ya que así, menos me perjudicarían.

Llegué a la parada del autobús, él ya estaba ahí sentado y escuchando música, como siempre. Por su maldita culpa había empezado otra -de las numerosas- discusiones con Judith, pero con un final distinto.

Cuando notó mi presencia sonrió, se quitó los cascos. Le lancé la chaqueta con fuerza, a la mierda el planchado. Se levantó del asiento algo desubicado.

—Oye, ¿Te encuentras bien?- preguntó en un tono amable, capaz de convencer a todos de que todo iba a salir bien.

No.- me crucé de brazos esperando a que el autobús se parase.

Subí antes que él. Durante ese odioso tramo en el pasillo tuve que ver como todos me devolvían una mirada nefasta. Aquel vídeo podía estar ya en sus teléfonos y todos mis esfuerzos por salir de casa no habrían servido de nada. Necesitaba un pequeño empujón, como el que me dio Erick para avanzar. Me senté, esperando que nada malo ocurriese y a que él se sentase. Aún no podía evitar no mirarle, aunque parecía distinto.

| E R I C K |
Había sido todo mi culpa, aunque ella ya había reaccionado mal cuando me vió. En conclusión: ella no quería estar conmigo y menos cuando tenía que pasar por todo eso. Ni el director quería darme la razón.
Alguien logró sacarme de mis pensamientos.

Perdona,- dijo dejando de darme toques en el hombro- ¿No eres tú el nuevo titular del equipo de lacrosse?- preguntó el chico que se sentaba delante de mí. Parecía haberle visto en los entrenamientos, pero en los de primero.

Sí, creo que ya me han subido de puesto.- intenté sonreírle, no estaba a gusto sabiendo que le pasaba algo.

El entrenador había convocado un partido el sábado y Hugo, el delantero estrella del equipo, estaba lesionado.

| E L I S A B E T H |

Al bajar del autobús me paró, me ofreció su chaqueta, la del equipo de lacrosse. No le dejé marchar.

—Es tuya.- contesté desafiante.

—Pontela. No quiero que te hagan nada y hace frío. Hay gente que si se preocupa por ti, aunque no lo parezca.

Se fue. Me la puse por los motivos que él dijo, pero más por el frío. Antes de llegar a clase me paró el entrenador. Me sonrió.

—¿Como te encuentras? ¿Mejor?- me sonrió al verme buena cara.

Si, he estado toda la semana vomitando, mareandome y durmiendome en todos los sitios aunque ya estoy bien.- todo, todo y todo era una mentira. Había fingido para no ver a Judith y mucho menos a Matt.

—¿Y te has pensado lo de entrar al equipo? Te lo dije antes de que estuvieses enferma.

No. No se me vino a la mente durante estos días.

Necesito a alguien para este sábado, puede que estes en el banquillo por si no te encuentras bien, pero necesitamos a alguien más. Si ves que en verdad puedes, por favor, apúntate. No vamos a perder esta temporada.

Mañana estaré aquí.- Cogió mis manos como si fuese a besarlas.

Muchas gracias.

Al menos alguien confiaba en mí y apreciaba mi esfuerzo, no como lo que llegaba ahora, dos horas seguidas aguantando las pullitas de esos dos.


******

Está claro, sí. Todos los que siguen semanalmente la historia van a matarme por no haber subido nada el anterior domingo :,(

Bue, suele pasar cuando te ponen exámenes antes de vacaciones y...hablando de vacaciones, es solo un capítulo a la semana, pero aún así quiero estar estas fiestas con mi familia y con gente que no veo desde hace años. Y con esto, felices fiestas

P.D: Si encuentran algún fallo que alguien me lo diga

Siempre una aventura (REEDITANDO)Where stories live. Discover now