Capítulo 4: Las hormigas con sentimientos

254 14 1
                                    


Alejandro:

Yo junto con los hombres nos ocultamos cerca de la orilla del mar, todos estaban muy asustados y algo perturbados. En eso escuchamos un fuerte grito que venía de la enorme montaña, le propuse a los hombres ir a nuestro barco y huir pero nuestro capitán se rehusó. Abogaba que no nos podíamos retirar, que tenemos que cumplir la misión que nos encargaron y vengar la muerte de nuestros compañeros. Rápidamente se desató una división entre los que querían ir con el capitán y los que querían ir conmigo.

Nos tildaron de cobardes, pero luchar y más aún tratar de controlar a esos seres sería imposible, así que ambos grupos tomaron caminos diferentes.

Llegamos a la orilla, vimos nuestro barco pero justo antes de poder llegar 2 gigantes que parecían tener hambre aparecieron y les llamó mucho la atención nuestro barco.

Nos ocultamos, pero mientras agarraban el barco, lo iban dañando y no estábamos en condiciones de repararlo, así que fuimos a luchar contra ellos, Tomamos unas sogas y las atamos a las flechas. Les disparamos al primero y con fuerza tratamos de enredar sus piernas para tirarlos, gracias a lo pequeños queramos, les costaba pisarnos. Logramos tumbar al primero y con todas nuestras energías ir hacia su cuello para asesinarlo.

Luego de asesinar al primero tratamos de hacer lo mismo con la segunda gigante, pero esta detuvo las flechas y uno a uno los iba tomando y se los iba comiendo, en eso mis hombres se asustaron y comenzaron a correr, pero los que huían se toparon con una enorme pared, pero alzar la vista notaron que no era una pared sino el pie de la gigante que nos había salvado la vez pasada, no sabíamos si estaba con nosotros o en contra, el punto es que su tamaño era muy imponente, para ser honesto me sentía listo para morir.

Sinai:

Decidí salir a caminar, los enanos siempre me trataban con respeto y miedo, ya que era un gigante para ellos, la verdad siempre me dieron igual.

Llego a la playa y a lo lejos veo que esas mismas personitas que intenté defender estaban siendo comidas pero ¿Que podía hacer yo? Si los ayudo desataría la furia de mis padres y ¿si no lo hago? ¿Y si no lo hago? retumbó en mi cabeza, me di media vuelta y en eso escucho los gritos de personas, pero un momento ¿Cómo podrían gritar? si son insignificantes como las hormigas ¿Es posible que puedan gritar y hablar como nosotros? peor aún ¿Podrían sentir? No me quedaría con la duda y sin pensarlo agarré a los gigantes y les ordené que se fueran, era muy claro que no me llevarían la contraria, después de todo soy mucho más grandes que ellos. No quise tener ningún contacto con las personitas después de eso, pero si me propondría a observarlos sin que se dieran cuenta para conocerlos un poco mejor y saber qué clase de criatura son y porque el empeño de mis padres en destruirlos ¿A caso eran malos? Por ello mi misión era descubrir qué cosas eran.

TembloresWhere stories live. Discover now