Capítulo 5: Semilla del odio

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Alejandro:

La gigante nos había salvado, imaginaba que ella junto a los otros dos que nos trataron de asesinar eran los líderes, era una gigante muy linda a pesar de su enorme tamaño, su cabello era negro y largo, su piel color morena y bastante delgada.

Junto con los sobrevivientes, chequeamos el barco y se había dañado, no nos tocaba de otra que tratar de repararlo y donde podíamos conseguir madera y demás cosas seria en las afuera de la aldea de los gigantes. Por otro lado el grupo que decidió ir a vengar a los caídos fueron a hablar con lo que se podría llamar "El rey de los gigantes" nuestro capitán se presentó solo con la enorme criatura, quien le dijo que solo quería conversar, este evito aplastarlo y quiso escucharlo. Luego de explicarle la situación que vivía en nuestro reino, fue ahí cuando el rey entendió que existía todo otro mundo de personitas, lo que significaba más carne que ellos podrían comer, así que el rey de los gigantes aceptó ayudarlos y le pidió la ubicación de su reino y luego de dárselas, como era de esperarse lo traicionó comiéndoselo.

El resto de los hombres del capitán estaban ocultos por si acaso salían mal las cosas y tenían un plan de emergencia.

Sin que el gigante lo notara, habían atado un tronco lo suficientemente grande como para que se pudiera clavar en su cuello, lo ataron con unas lianas para que al soltarlo se balanceara hasta él. Gracias a su tamaño las personitas podían hacer toda esa clase de planes sin que lo notaran.

Soltaron el tronco y se clavó en el cuello del gigante el cual cayó al suelo desangrándose. Cuando su esposa regresó y vio a su esposo muriendo, en seguida supo que había sido causado por las personitas y juró vengarse.

Sinai:

Encontré a mi padre desangrado en el suelo, junto a él estaba mi madre que no paraba de llorar, cuando me vio me contó lo que había sucedido, yo no lo podía creer, después de todo mi padre tenía razón y ahora me sentía culpable de haber ayudado a esas miserables personitas, le juré a mi madre que la ayudaría a destruir cada una de esas personas, no quedaría ni una viva.

Dentro de mí sentía un odio muy grande, no podía creer que después de ayudarlas mataran a mi padre, así que regresé a donde estaban las personitas para acabar con todos ellos pero para mi sorpresa ya no estaban.

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