Dos.

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Canciones para el capítulo (Disponibles en la playlist de Spotify)

— Losing my love ; Verzache.   

— We don't talk anymore ; Charlie Puth, Selena Gomez.   


***


Mi día, de un momento a otro, se cae a pedazos. La sonrisa que tenía segundos antes cae considerablemente y aunque trato de evitar que los demás lo noten, bueno, soy mala para mentir. Después de decir el pedido de la madre de Shawn a Abel, quien luego lo pasa a los cocineros en un grito gracioso, me siento detrás de la casa registradora y apoyo mis codos en la barra para sostenerme la cara con las manos. Courtney se termina el desayuno y lleva los platos sucios hasta la barra donde estoy apoyada para que Abel los recoja.

— ¿Qué te pasa? ¿Karen te dijo algo?

—Puede ser —suspiro—. Al parecer pidió seis muffins —ella me mira sin entender de qué estoy hablando—. Pidió cinco primero, luego dijo que seis porque... porque con Shawn nunca se sabía.

Courtney parece entender ahora sí, porque abre los ojos, volteando como la niña del exorcista hacia la madre de Shawn: —Eso... eso quiere decir que... —vuelve a mirarme, negando con la cabeza—. Bueno, tiene sentido, está de vacaciones, aunque técnicamente él está en su tour todavía y eso no termina hasta febrero.

—Marzo —la corrijo, sintiéndome peor. Me sé hasta sus fechas, soy una decepción. Ella suspira, mirándome con pena.

— ¿Crees que vendrá?

—No lo sé, Court, no me importa —miento, y ella se da cuenta. Me enderezo en mi silla para recibir el dinero de uno de los clientes que ya ha terminado de desayunar. Le agradezco con una sonrisa y le devuelvo el cambio. A mi lado, Courtney no deja de mirarme.

—Gaby —me llama, por lo que la miro—. No voltees hacia el frente.

Me asusto y se me acelera el corazón.

—Courtney, ¡eso es lo peor que puedes decirle a una persona, en serio, es obvio que voy a querer voltear! —Ella me mira con pena, como si comprendiera mi situación, pero muy dentro de mí sé que no lo hace.

Sé que Shawn ha llegado.

Y por la hora que es, Courtney ya se tiene que ir ¿Qué voy a hacer ahora?

—Tengo que irme a trabajar ya, comienza mi turno, pero que sepas que voy a venir para que almorcemos con los chicos, ¿está bien? —asiento con la cabeza, todavía sintiendo piquiña en el cuello, queriendo voltear, pero me contengo—. Quiero que me llames si ocurre cualquier cosa, ¿vale?

—Si te vas voy a tener que voltear, estúpida —le digo. Mis nervios en este momento están a flor de piel y puedo hacer o decir cualquier cosa.

—Ya lo sé, no te alteres. Bruce va a estar aquí contigo para lo que necesites —ella voltea a verlo, porque mágicamente aparece junto a mí, luego de que saliera a correr como un cobarde. Courtney me vuelve a ver—. Voy a tener que saludar, tú ve a la cocina.

—Bien.

Ella me abraza a través de la barra y cuando se separa de mí para irse yo me voy de inmediato hacia la cocina sin levantar la mirada hacia la puerta o las mesas de la cafetería. Escucho que Courtney se despide de Bruce y luego saluda a alguien animadamente. Una voz masculina se hace presente. El corazón se me encoge y las ganas de voltear la cabeza son inevitables.

Por suerte, Jane sale del cuarto de empleados y cuando me ve, sonríe. Pero entonces se alarma al verme casi a punto de un colapso.

— ¿Gabriela? ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

Lo que nunca te canté ; Shawn Mendes (Pruébalo parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora