Issues ||2||

Deux

                          
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'YOU DO SHIT ON PURPOSE, YOU GET MAD AND YOU BREAK THINGS, FEEL BAD, TRY TO FIX THINGS.'

Supongo que ahora me doy cuenta de que todo vuelve. Los problemas siempre vuelven, los corazones rotos suelen volver a romperse y las lágrimas, curiosamente, vuelven a brotar con insistencia.
Siempre regresas al lugar en el cual fuiste feliz, retornas a la persona a la que llamas hogar. También vuelves a donde te hicieron daño, una y otra vez, y aunque te duele sigues volviendo,serás masoquista, no te juzgaré por ello.
Nos gusta el dolor, porque aún sabiendo que nos harán daño, cedemos. Amamos. Nos entregamos.
Sabes que no es bueno, pero aceptas, al fin y al cabo ¿qué mas da?.
Solo es otro pedacito de ti que se marchita, solo uno más.
No sabes si hoy vas a sufrir al instante de levantarte de la cama, pero tienes la certeza de que mañana el sol volverá a salir, y brillará, ya sea para bien o para mal.
Lexi, Stefan, Damon, Klaus.
Klaus, Damon, Stefan, Lexi.
Podría deletrear cada uno de esos nombres sin fallar en el intento, aún sabiendo que quizás hayan sido los cuatro nombres que más han arruinado mi vida, pero no lo cambiaría. Lo sé.
Lo sé, porque el inquebrantable gesto de tranquilidad en la cara de Klaus lo dice todo.
Estoy en casa.
Cuando estoy con ellos lo estoy.
Una casa un poco destruida y quemada hasta las cenizas pero un hogar.
Tampoco hace tanto que llegamos a Nueva Orleans, tampoco hace mucho que la noche acunó la ciudad.
Todo aquí es precioso, cada calle, callejón, barrio... Todo en sí.
Cada detalle de esta casa es maravilloso, desde el mínimo detalle hasta el más vistoso.
Noto una vibración en el bolsillo derecho de mi pantalón e inconscientemente sé quién está detrás de esa llamada.
-¿Diga?-respondo con desgana.
-¿Jade? -pregunta la voz de Damon al otro lado de la línea.
-Es a mí a la persona que has llamado, no sé porqué razón iba a responder alguien más.
-Tampoco hagas un drama, solo...
-Solo era Elena, la persona que en estos momentos hace feliz a Stefan-le corto- Pero tú tienes que estar siempre en medio, ¿cierto?
-¿Insinúas que quiero algo con Elena? No es enserio-bufa al otro lado de la línea.
-Damon, ¿cuántas veces has visitado a Stefan en los últimos dos años?-río irónica- Sí, creo que ninguna, ¿cuál era la excusa que me decías? Ah claro, “No sé que puede haber en ese pueblo que pueda interesarme"
-No lo decía de verdad...
-Claro que no, no fuiste volando hasta allí porque descubriste a una pobre chica enamorada que es la réplica exacta de Katherine, tu primer amor- enumero- Ah sí, la que te usó, la que no te quería. Pero claro, tienes que recordárselo a Stefan cada día, por el resto de su vida,eres un narcisista.
-¿Has acabado?
-Para nada-arrugo la nariz- Creo que puedes abortar tu plan ególatra para intentar jugar con el corazón de Elena, con el mío y con la felicidad de tu hermano. Podrías tener un poco de empatía por una vez.
-¿Empatía?¿Existe siquiera esa palabra en mi vocabulario, pelirroja?
-No me digas pelirroja ahora, no cuando me estás llevando la contraria. ¿Quieres saber lo que es la empatía? Muy bien. Empatía es lo que hizo Stefan aquella nochevieja en Nueva York, renunció a nosotros, para que yo fuera feliz contigo. Me pregunto si tomé la decisión correcta.
-Estás a tiempo de retirar toda esa mierda que acabas de decir, olvidar esta estúpida conversación y tener una conversación de pareja normal.
-Me gustaría hacerlo-muerdo mi labio con insistencia- Pero sé lo que estás haciendo, me gustaría no conocerte tanto,no quererte como te quiero...
-Yo también te quiero y lo sabes.
-¿Cuándo fue la última vez que me dijiste esas dos palabras? -espero su respuesta durante unos segundos- ¿Cuándo dejaste de hacerlo?
-Yo nunca he dejado de...
-Déjalo- le impido acabar-No quiero llevar esta conversación más allá, no ahora.
-Cuando vuelva podemos...
-No sé si estaré cuando regreses, tengo algo entre manos, me tomará tiempo.
-¿Cuándo pensabas contármelo?
-Cuando tú me dijeras la verdad de tu visita a Mystic Falls.
-Es solo...
-Lo que sea, déjale ser feliz por una vez- digo refiriéndome a Stefan para después colgar.
-¿Una conversación un pelín desagradable amor?-me doy la vuelta y me encuentro a un Klaus completamente despierto- ¿O ha sido solo mi imaginación?
-Oh, muchas cosas estarían mejor solo en mi imaginación-le veo fruncir el ceño-Siento si te he despertado.
-Si fueras mi padre con una estaca de roble blanco, pregonando mi muerte, me molestaría, pero por ser tú lo dejaré pasar.
-¿Debería sentirme halagada?
-Los halagos no se cobran, al menos yo te los regalo.
-Que caballeroso.
-No soy un caballero, ese es mi hermano Elijah, yo solo soy el hijo bastardo, un monstruo.
-¿Quién te ha dicho que eres un monstruo?
-Lo soy, tengo muchos enemigos.
-¿Cuántas veces repites eso cada noche para poder dormir sintiéndote bien contigo mismo?
-¿No crees que sea malvado?
-Inofensivo, y no me amenaces con cortar, matar o clavar porque te diré que en ti suena muy cliché, llevo oyéndolo toda una eternidad.
-¿Siempre tienes que tener la última palabra?
-Siempre, sin excepción.
-¿Sueles tener razón?
-La mayoría de las veces, y si no la tengo suelo acercarme a la conclusión correcta-suspiro- La vida de un vampiro anormal.
-Debe ser dura- dice divertido.
-¿Klaus siendo divertido y sonriendo? Debo estar en una alucinación, ¿o acaso me mataste en algún momento mientras estaba despistada?
-Pasan los años, pero sigues teniendo el mismo sentido del humor-sonríe nuevamente.

-¿Ves que no eres tan malo?-frunce el ceño sin terminar de entenderme- Te preocupas por tu familia, los proteges a tu manera. Tú no lo ves, pero tienes formas extrañas de expresar tu cariño, conmigo sobretodo, tú querías matarme, no se me ha olvidado.
-Es simple.
-Ilumíname, quizás tenga ganas de quemarte vivo después.
-Amor,contigo todo es diferente.
-¿Qué...?
-Klaus, ya estoy aquí y no creo que quieras hacer esperar a tu hermana favorita- se oye una tercera voz desde el piso de abajo.
-Parece ser que Rebekah ya está en casa.
-Por fin una persona capaz de aguantarte como yo.
-No creo que nadie me aguante como tú- se acerca hasta mí- Soy un poco insoportable- susurra en mi oído para después desaparecer.
-¿Quién me dijo que era buena idea todo esto? Nadie me lo dijo, nadie-me repriendo.