Epilogo.

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Tres años después.

—Yo, Edward, te acepto a ti Tord, como mi legítimo esposo, amarte y respetarte de hoy en adelante en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe. —

Matt comenzó a llorar al ver como su amigo Tom llevo el cojín con los anillos para que Edd tomara uno y colocara uno de los anillos en el dedo del noruego.

—Yo, Tord Larsson, te acepto a ti Edward, como mi legítimo esposo, amarte y respetarte de hoy en adelante en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe. —

Patryck palmeó la espalda de Paul al ver como este lloraba totalmente feliz de que su "hermanito" estaba colocando el anillo en el dedo del británico.

—Edward, ¿Aceptas a Tord Larsson como tu legítimo esposo para amarlo y respetarlo, de hoy en adelante, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe? —

—Sí, acepto —respondió con una gran sonrisa en el rostro.

El sacerdote asintió la cabeza para después mirar al otro chico.

—Tord Larsson, ¿Aceptas a Edward como tu legítimo esposo para amarlo y respetarlo, de hoy en adelante, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe? —

—Sí... acepto —habló feliz mientras su rostro tomaba un color carmesí.

—Con el poder que se me otorga, los declaro marido y marido —sonrió —, Pueden besarse muchachos. —

Edd al escuchar eso rápidamente pateó el pie del noruego para obligarlo a que perdiera el equilibrio y antes de que su cuerpo tocara el suelo, lo tomó de la cintura para besarlo.

Sus padres aplaudían de la felicidad y de la risa por la escena, Matt chillo emocionado mientras más lágrimas salían de sus ojos al igual que Paul. Tom en cambio comenzó a aplaudir con una sonrisa de lado.

La abuela de Matt simplemente dio una pequeña risa al ver todo lo que estaba pasando, desde que vio a esos dos chicos sabía muy bien que terminarían juntos tarde o temprano.

No puedes escapar de tu alma gemela.

—Siempre supe que acabarían de esa forma —dijo la mujer de cabello anaranjado casi grisáceo.

—Yo también señora —respondió la mujer de anteojos —, Realmente me alegra haber roto las reglas del hospital para que Edward visitara a Tord. —

—Uniste sus caminos —sonrió.

Con esas últimas palabras, volvieron a mirar al frente en donde los dos chicos continúan besándose.

Los padres de Edd no podían estar más felices de que su hijo había encontrado el amor. Cuando él les conto que salía con Tord, no pudieron enojarse con él. Lo único que querían era que fuera feliz.

Y más al saber con quién era.

La gente que pasaba miraba con curiosidad la boda.

Era de esperarse, después de todo, se encontraban en un parque sumamente hermoso y bien cuidado.

La ceremonia se hiso debajo de un gran árbol, el lugar lo había elegido Matt y ninguno pudo rechazarle. Además, los patos del lago le daban un toque mágico a la boda al igual que el típico sonido de ellos.

Todo era felicidad pura, era el día más feliz para Edd y Tord.

Pero entre toda esa felicidad, había alguien en la distancia mirando todo desde unos binoculares.

Mi olvidado favorito- EddsworldWhere stories live. Discover now