Mi Sourwolf

9.5

Stiles se mantenía de brazos cruzados junto al umbral de la puerta y se mordió la lengua para entrometerse en la conversación de los dos mayores. Sabía que su padre reaccionaría muy mal cuando se enterara de lo que pasó hoy y que se ha convertido en un objetivo del Alfa loco que acecha Beacon Hills. Entiende su preocupación, la cual aprecia mucho pero no le gusta que culpe de todo a Derek porque no es así. Cuando los gritos se hacen más fuertes, es incapaz de seguir callándose y se interpone entre ambos.

-¡Ya basta! Por favor basta... no es momento para esto, por favor, hay un lobo muy peligroso del que debemos encargarnos- dijo intercalando la mirada entre ambos.
-Y ahora tú estás en peligro por su culpa- señaló el Sheriff indicando al moreno muy enfadado, quien frunció el ceño- Si te hubieras mantenido alejado a mi hijo, nada de esto estaría pasando.
-Eso no es cierto, papá, estoy en peligro por el simple hecho de vivir en Beacon Hills, al igual que tú, mis amigos, Melissa, todos y no puedes culpar a Derek por esto, su familia, al igual que los Argent, han protegido la ciudad, son los buenos aquí, no los malos- protestó el adolescente conteniendo su enfado- Sé que quieres cuidarme, papá, has hecho todo lo que puedes por mantenerme a salvo pero no puedes solo con esto y... te guste o no, yo estoy enamorado de Derek, no voy a dejar solo porque tú no eres capaz de olvidar el pasado, porque te recuerdo que todo el asunto de ser un prófugo de la policía, fue culpa de Scotty y mía.
-Ese sujeto está buscándolo, ¿Cómo quieres que acepte que se quede aquí? Eso te pondría en peligro- señaló pasándose una mano por el cabello- Si es por cuidarte, Scott o cualquiera de los demás podrías.
-Oh, entiendo, esto no es porque te he ocultado la verdad, ni porque éste en peligro o por ese sujeto, tu problema es que es Derek, te molesta que estemos juntos, no es porque sea un lobo, literalmente, es que no te agrada- afirmó indicando a su padre, quien entrecerró los ojos- Papá, no todo lo que se dice es cierto, su mala reputación no es merecida y lo sabes.
-No lo quiero en mi casa y fin de la discusión.
-¡Entonces es cierto! Estás juzgándolo por toda la basura que se cuenta de él, ni siquiera te has molestado en intentar conocerlo, porque de hacerlo, te darías cuenta que es un buen hombre, que es fantástico y que su fachada de tipo rudo al que nada le importa, es solo eso, una fachada, un escudo que se ha puesto por todo lo malo que le ha pasado... no puedes hacer esto, papá, tú me enseñaste que no hay que juzgar a otros sin siquiera conocerlos, ¿Fue mentira todo lo que me dijiste?-preguntó arqueando una ceja al mismo tiempo que se cruza de brazos y el mayor bufa cansado.
-Bien, bien, tú ganas, no voy a entrar en esta discusión contigo, es inútil intentarlo- se quejó quitándose la chaqueta y observó al lobo, quien correspondió su gesto- Está bien, puedes quedar aquí Hale pero dormirás en el sillón, no te quiero en el cuarto de mi hijo y si llego a encontrarte ahí, vaciaré el cargador de mi arma en tu trasero y te advierto que conseguí balas de acónito con Argent.

El castaño rodó los ojos al oír la amenaza de su padre antes de marcharse a la cocina para hacer la cena. Ni siquiera se sorprendió que comieran en absoluto silencio, siendo inútil cualquiera de sus intentos por hacer algo de conversación, así que se resignó y decidió tararear una canción mientras cenan. Cuando el incómodo momento terminó, le propuso al Alfa que vieran una película, aunque solo es una excusa para estar juntos pero por supuesto que el sheriff intervino, sentándolos en lugares diferentes y evitando cualquier posible contacto entre ellos.

-Esto es ridículo- se quejó el adolescente levantándose a mitad de la película- Me voy a acostar, te traeré unas mantas y un cojín, Derek.

El adolescente subió suspirando a buscar las cosas para luego acomodarlas en el sillón más largo, improvisándola cama donde dormirá esa noche el Alfa. Si de él dependiera, lo tendría arriba en su cuarto pero es evidente que eso no ocurrirá mientras su padre no acepte al moreno. En cuanto su padre fue a prepararse un café a la cocina, aprovechó de abrazar al lobo y le dio un beso rápido.