El chico nuevo

Capítulo 69: Me cae bien ese chico.

Llegamos a una heladería y entramos, Sebastián aun no despegaba la mirada de su móvil aun cuando pidió un helado de fresa y chocolate, James pidió el de ambos de chocolate y vainilla, nos sentamos en una mesa de aquella heladería y por primera vez el chico frente a nosotros despego la mirada del celular y se quitó los audífonos.

— ¿En serio les gusta la vainilla? – Era prácticamente la primera vez que escuchaba su voz aterciopelada dirigirse a nosotros.

— ¿No te gusta? – Pregunte incrédula, la vainilla era demasiado deliciosa.

—No lo sé, jamás la he probado. – Admitió con cierta vergüenza.

— Ten prueba de mi helado, veras que te gustará. – Dije extendiendo mi helado hacia él.

Lo probó y mientras James y yo lo mirábamos ansiosos por su respuesta.

— ¡Vaya! Si es muy bueno. – Otra vez se sentía avergonzado.

— Deberías pedir uno de vainilla antes de irnos. – Habló James sonriendo.

— Creo que eso haré. – Nos devolvió la sonrisa. — Por cierto, siento no haberme presentado contigo como es debido– Dijo dirigiéndose a mí. — Mi nombre es Sebastián, pero puedes llamarme Sebas. No te había saludado como es debido porque bueno diría porque trabajo a través de mi móvil, pero la verdad es que pensé que eras como esas chicas fresas, creídas y odiosas.

— Tranquilo, no hay problema con ello. – Me había llamado la atención algo de lo que me dijo y no pude aguantarme para preguntar; — ¿Cómo es que trabajas a través de tu móvil?

— Bueno también puedo hacerlo desde mi laptop que es más cómodo, pero no puedo llevar una laptop a todos lados y pues trabajo jugando video juegos, consigo Bitcoins y me pagan por jugar.

— ¿En serio te pagan cómo?

— Bueno el Bitcoin es la moneda virtual y vale mucho dinero, esta se gana a través de ciertos juegos pero no cualquiera puede lograr ganarse los Bitcoin ya que son muy difícil de conseguirlos y debes de ser una mente maestra en video juegos, así que se podría decir que soy un gay aficionado a los videos juegos. – Me explicó.

— Suena interesante.

— Y lo es. – Me aseguró— Si quieres algún día puedo enseñarte.

— Me gusta la idea.

— Pidamos otros helados para el camino antes de que oscurezca. – Interrumpió James.

Ambos asentimos y fuimos hasta la barra para pedir los otros helados. Esta vez James de fresa y el mío de chocolate, Sebas pidió el suyo de vainilla, caminamos de vuelta a nuestras casas me di cuenta de que mis padres ya habían llegado a casa, me despedí de Sebas y de mi novio antes de entrar a casa. Papa estaba como de costumbre en el sillón de la esquina leyendo algo, mamá en la cocina preparando la cena y Zach jugando video juegos, eso me hizo acordar a Sebas.

— Hermano sabía algo acerca del Bitcoin que es la moneda virtual y que si ganas estas te pagan, es como un trabajo.

— He oído hablar de ello, pero es para puros aficionados. Yo juego por diversión y ese "trabajo" te roba toda tú vida.

— Solo decía a ver si te interesaba.

— En absoluto, pero ¿Cómo sabes acerca de ello?

— Bueno, el primo gay de James que se acaba de mudar a la ciudad y que conocí hoy, trabaja en ello.

— ¿Primo gay?

— Si, es una larga historia...

— Bueno, no importa ¿Quieres jugar un rato mientras ayudo a mamá a hacer la cena?

— Está bien, ve. – Se fue apresurado a la cocina.

Saqué el disco que estaba puesto en la consola e introduje uno que traía muchos juegos de Mario Broos, busque uno que me entretenía bastante y se llamaba Bactericida y trataba de un Dr. Mario que lanzaba pastilla de colores en una cápsula llena de bacterias de los mismos colores a el de las pastillas, tenía que reunirlas pastillas de un mismo color junto a las bacterias de este color y así eliminarlas, a medida que pasaba los niveles iban aumentando la cantidad de bacterias y el Dr tiraba cada vez más rápido las pastillas haciendo el juego un poco más complicado. Este era el juego favorito de mamá.

Unos minutos después ya había cambiado de juego a Mario Car, ese me gustaba mucho más que cualquier otro y era muy buena en ese casi siempre llegaba en segundo o primer lugar.

— ¡Robert, Sarah a cenar! – Grito mamá con una voz melódica desde la cocina.

Mi padre dejo su libro en el sillón y los anteojos encima de este, yo me levante y camine a la cocina no sin antes poner en Stop el juego. Nos sentamos como de costumbre en la mesa del comedor frente a mi herma a la derecha de mi madre, mi padre estaba al otro extremo de la mesa frente a mamá. Para la cena mi madre junto a Zach había preparado unas papas rellenas con queso que estaban muy buenas, me las comí en un santiamén al igual que papá y Zach; recogí los platos cuando todos habíamos terminado de cenar y fregué los platos, los seque y guarde. Ordené algunas cosas que estaban fuera de su puesto para después volver a los video juegos con mi hermano, estuve jugando con el hasta que ya no tuve ganas y subí a mi habitación para ducharme y dormir.

Cuando entre a mi habitación me encontré con James acostado sobre mi cama mientras tenía la vista puesta en su móvil, me recordó a Sebastián.

— ¿Y Sebas?

— En mi habitación– Dijo tranquilamente.

— ¿Pero cómo lograste salir de tu casa?

— Él está al tanto de mi paradero, prometió no decir nada.

— Me cae bien ese chico.

— Lo sé, a mi igual.

— Me daré una ducha, ya vuelvo.

— Ve tranquila, estaré aquí cuando regreses. – Prometió.

Tome mi neceser y un pijama limpio, me bañe tranquilamente, me cepille los dientes y peine mi cabello, ya pronto había salido del baño y reunido nuevamente con James. Él me hizo espacio en mi cama, tome celular y nos tome una foto como recuerdo, no podía subirlo ya que si alguien de mi familia veía esa foto me matarían como mínimo.

Pasamos la noche tomándonos fotos, jugando y conversando sin tocar el tema sobre la universidad, estuvimos despiertos hasta muy entrada la noche hasta que él se durmió y seguidamente lo hice yo.

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Holaa, de nuevo yo. 

Quería saber si les había gustado este capitulo y si les gustaría que Sebastián siga apareciendo en el libro.

-Con todo el cariño, Cande ♥