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Kyuhyun abrió los ojos tanto que le dolieron.

─¿Qué has dicho?─ repitió con pavor.

─Kyuhyun, lo siento, no es seguro hablar aquí. Ven conmigo.─

Salieron del edificio a toda velocidad. El auto de Henry ronroneaba con suavidad por la cinta asfáltica. Le había advertido a Kyuhyun de mantenerse callado durante el recorrido. Por lo que se estaba preparando para un ataque verbal cuando se detuvieran.

Llegaron a la casa de Henry. Una lujosa mansión llena de jardines, se alzaba sobre una calzada custodiada por esculturas artísticas modernas. El interior de la casa era mucho más lujosa y glamurosa que la mansión de Ryeowook. Era evidente el buen gusto y excelente sentido del diseño que llenaba aquel lugar. Kyuhyun pudo haberse sentido intimidado por semejante riqueza, pero le urgía hablar con Henry. Éste lo guió hasta el despacho principal de la casa. Era un estudio repleto de estanterías con toda clase de libros. Un enorme escritorio de cedro encabezaba la sala y sobre él, un retrato familiar en óleo era el centro de aquella sala estilo victoriana. Era una representación de la familia Kim. Por primera vez veía al padre de Henry, parecía un hombre joven y guapo. Su aspecto era saludable, no se podría predecir una muerte temprana para aquel hombre de mirada profunda y serena. Podía ver la imagen de él, plasmada en el rostro de Hangeng, incluso la misma curvatura de la sonrisa los delataban como padre e hijo. No pudo evitar pensar en la dolorosa historia que se desató tras su muerte, a la que Hangeng había culpado de por vida a Ryeowook.

Sentada junto a él se encontraba Kim Na Ra, madre de Henry y hermana del señor Kim, padre de Ryeowook, cabeza de la dinastía Kim. Ella llevaba tatuado el apellido Kim en la frente, su porte y belleza eran inigualables, incluso pudo distinguir cierto parecido con Ryeowook. Hangeng estaba de pie al lado de su padre. Se veía un niño feliz, nadie podría haber dicho que aquel niño sonriente se convertiría en alguien frío y amargado. A su lado se encontraba Henry, siempre con los mismos mofletes, con la misma mirada divertida y alegre, curioso por todo, se podía apreciar a una persona amante del arte y apasionado por el óleo. Prestó más atención a la pintura, las pinceladas le parecieron extrañamente familiares. Iba a preguntar sobre el artista cuando Henry le extendió una copa de ron.

─Antes de que te cuente todo, déjame preguntarte algo.─

Kyuhyun sabía lo que iba a preguntar y se preparó para la respuesta.

─Dime.─ dijo dándole un sorbo a su bebida.

─¿Qué hacías ahí?─

Podría mentirle, Henry era un chaval y seguro se tragaría cualquier cuento. Pero aquel chico era especial para él.

─ Fui a hablar con él.─

─¿Por qué?─

─Bueno, había quedado en avisarme cuando regresaría de su viaje y no lo hizo.─

Henry lo escudriñaba, tratando de descifrar las palabras del castaño, buscando un indicio de mentira. Pero no la halló.

─Lo aprecias mucho. Verdad.─

Aquella no fue una pregunta. Kyuhyun afirmó con un leve movimiento de cabeza. Henry aún lo miraba con detenimiento. Kyuhyun sabía que aquel chico no era un tonto y que pronto descubriría lo que en realidad pasaba con él y su primo. ¿Cómo reaccionaría ante aquella información? ¿Lo aborrecería?

─La última semana del viaje de Ryeowook.─ Henry empezó a hablar sin titubeos. ─ Mi tía Yang Mi y Taeyeon llegaron con él a Dubái. Ryeowook estuvo con ellas un par de días pero las cosas se pusieron tensas al cabo de un día. Al parecer Ryeowook y Taeyeon habían discutido por algo. Taeyeon quería regresar inmediatamente a Seúl pero ella tenía que estar presente en la reunión que tendrían con los socios, era su deber así que no tuvo otra que quedarse. Tía Yang Mi quería que ellos se reconciliaran y les preparó una cita romántica.─

Aquello Que Llaman AmorWhere stories live. Discover now