-69-

620 65 36
                                    

Dio unos suaves golpes a la puerta esperando respuesta. Al no obtener contestación, giró la manecilla y entró a la habitación privada. Sus ojos se toparon con la silueta corpulenta del señor Kim Jin Wook, sentado en el sillón. Ambos se miraron con la misma sorpresa. Pudo percatarse del cansancio y preocupación que se reflejaba su envejecido rostro. Kyuhyun se detuvo en la puerta antes de percatarse de la figura de Ryeowook sobre la cama.

Estaba sentado sobre las sábanas blancas, con las piernas pegadas el pecho con los brazos aferrándose a ellas, la cabeza estaba ladeada, recostada sobre sus rodillas, sus pies estaban desnudos, el suero salía de su mano y su cabello negro caía sobre su rostro. No se giró a verlo, ni hizo ningún movimiento ni sonido, su mirada estaba clavada en la ventana, donde el sol de la tarde iluminaba la estancia. Su interior se conmovió al verlo tan indefenso. Había algo diferente en él que lo estremeció y asustó. Parecía melancólico y solitario, como un niño indefenso... realmente parecía un niño indefenso y herido. Una imagen que jamás había sido revelada. O al menos no recordaba haberlo visto así alguna vez, con la tristeza emanando de él.

Un montón de sensaciones lo asaltaron, estremeciéndolo, quitándole la respiración e incluso las ganas de vivir. Inexplicablemente sintió un nudo anidarse en su garganta. No entendía que había pasado en él. Era como si algo le hubiese sustraído el alma dejando el cuerpo vacío del hombre al que amaba. Lo contempló por un largo rato, hasta que sintió la mirada intensa del señor Kim sobre él. Kyuhyun lo miró a los ojos, pidiendo una explicación a aquel extraño comportamiento de Ryeowook. Pero el miedo por el rechazo de hombre lo enmudeció. No quería causar problemas, tampoco quería hacer otro escándalo más, pero tampoco quería irse y dejar a Ryeowook así. No sabía qué hacer, no sabía que decir y el señor Kim simplemente lo miraba con profundidad. Kyuhyun descubrió de donde había sacado Ryeowook esa mirada intensa que tanto lo estremecía, y ese gesto de morderse los labios cuando estaba nervioso.

Jin Wook miró a Kyuhyun titubear. No entendía por qué se quedaba ahí, sin hacer nada. Respiró hondo y echó un vistazo a su hijo.

Desde que había recuperado la conciencia, Ryeowook no había pronunciado ni una sola palabra y se había quedado en un letargo abrumador del que nadie pudo sacarlo. Ni siquiera las ironías de su madre lo hicieron reaccionar. Parecía que un manto invisible de tristeza lo hubiera cubierto y que nadie había traspasado. Era desalentador ver como una brillante galaxia imponente había terminado como una estrella errante. Buscando algo para brillar. Tragó con fuerza y respiró hondo, tratando de desaparecer el nudo de su garganta. Volvió su mirada a Kyuhyun y este seguía inmóvil, con la mirada fija en el moreno. Parecía que él también sufría y la forma en que miraba a su hijo era tan intensa que aquello lo estremeció. De Kyuhyun emanaban sentimientos tan fuertes que él no fue capaz de identificarlos. Con sutileza, movió la cabeza indicándole que se acercara a la cama.

Kyuhyun parpadeó un par de veces, tratando de convencerse de que no había visto mal pero el rostro del señor Kim tenía determinación. Se movió con suavidad hasta el pequeño, tratando de disimular el defecto en su pierna derecha. Jin Wook lo miró caminar hasta la cama, parecía que no caminaba bien y supo que era debido a las heridas sufridas en el pasado. Sintió compasión por Kyuhyun y vergüenza por él.

Se detuvo al borde de la cama. Ryeowook seguía sin moverse, por un instante pensó que estaba dormido pero desechó la idea cuando miró la parte del rostro descubierta. Le pasó la mano sobre la cabeza con suavidad, esperando a que éste reaccionara. Jin Wook los miraba expectante, todos creían que quizás al verlo, Ryeowook reaccionaría y hablaría, pero no fue así.

Algo muy fuerte sumergió a Kyuhyun en la desesperación al ver que no había reaccionado. Se sentó en la cama y se acomodó tras él, obligando a las lágrimas a no salir. Conocía a Ryeowook mejor que nadie y sabía que algunas veces se guardaba todo para sí. ¿Cuántas veces había tenido que obligarlo a soltar sus sentimientos?

Aquello Que Llaman AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora