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(nota de la autora)

Me hubiera gustado contar más sobre la musa y él: cómo acabó su historia [si es que acabó en la eternidad de sus miradas]. Y también sobre el devastador camino de la diosa. Pero las palabras hablan por sí solas y en ellas siempre se encierra una porción de verdad. No se puede presionar al arte. A veces, un silencio contiene más historias que miles de palabras. 

La diosa fue una tragedia, él era el arte del sufrimiento y la musa todo lo que queda al finalizar el día. Y juntos, formaban el ocaso

Gracias.

OcasoWhere stories live. Discover now