El cielo en tu mirada (COMPLETA)

35 Los últimos pedazos de mi alma

Alex

Cuando despierto me siento mucho más relajada, dormir al lado de Johann me ha hecho bastante bien y puedo ver las cosas de otra manera, todo lo que ayer me parecía imposible de resolver ahora me resulta más fácil de sobrellevar, es el poder que tiene el amor sobre las personas, todo parece más fácil al lado de alguien más.

No puedo esperar para contarle a Johann todo lo que ocurrió ayer, estoy segura de que me apoyará y animará para que no me preocupe por Baker.

Dejo a mi novio dormir por un rato más y bajo hasta la cocina para poder preparar algo de desayunar, pego un grito cuando me encuentro a Derek sentado en una de las sillas comiendo algo de cereal.

—Me asustaste —digo llevando una de mis manos a mi pecho.

Derek gira para poder verme y sonríe.

—Lo lamento —se disculpa, avanzo para buscar algo para poder prepararle a Johann—, ¿Johann ya ha despertado? —escucho que pregunta y niego.

—No, pero quiero prepararle algo antes de que despierte, estoy segura de que va a despertar con mucha hambre —contesto alegre, pero no escucho ruido detrás de mí por lo que giro para ver si Derek se ha ido.

Cuando mis ojos lo localizan noto que se encuentra con la mirada perdida y lo llamo entre sonrisas.

—Pareces algo distraído —le digo sonriendo, estoy tan contenta que no puedo evitarlo.

—Si algo —afirma asintiendo—, tu sin embargo te ves muy feliz.

Sonrío de nuevo y giro completamente para poder verlo.

—¿Tanto se me nota? —pregunto recargándome en el lavabo.

Derek asiente y le da otro mordisco a su desayuno.

—¿Luzco como si hubiera echado un buen polvo? —pregunto divertida y al instante en que esas palabras salen de mis labios veo como el cereal de Derek sale de los suyos y me empapan toda la blusa, entre divertida y sorprendida me alejo buscando un trapo para poder limpiarme, Derek continúa tosiendo detrás de mí.

—Es broma ¿verdad? —pregunta y yo rio girándome y encarándolo.

—Claro que es broma Derek —él parece respirar aliviado hasta que vuelvo a hablar—, no pienso robarle la virtud a tu hermano.

Giro de nuevo y sonrío.

—Aún.

Cuando termino de hacer algo sencillo coloco todo en una bandeja y subo hasta el cuarto de mi novio, con varias estrategias extrañas logro abrir la puerta sin derramar ni un poco de la comida y doy una ovación dentro de mi cabeza.

Así es, no todos pueden lograr eso.

Alzo la mirada esperando encontrarme con Johann en la cama, pero descubro que esta se encuentra vacía, frunzo el ceño y lo busco con la mirada hasta que logro escuchar el sonido de la ducha, sonrío aliviada y coloco la bandeja en la mesita de noche, espero por lo que me parece una eternidad hasta que escucho como la regadera es cerrada y por el rabillo del ojo noto que Johann abre la puerta y aparece en la habitación.

Giro mi cabeza y noto que se ha quedado mirándome de forma muy seria, su rostro parece inexpresivo y no hay emoción en su mirada.

Un escalofrío me recorre el cuerpo, pero lo ignoro, se seca la cabeza con una toalla y comienza a avanzar pasando por mi lado.

—¿Aun sigues aquí? —pregunta en tono frio.

Frunzo el ceño confundida y me pongo de pie para encararlo, pero me sigue dando la espalda.