Mis pies descalzos avanzan por el pasto sintiendo el rocío de la mañana entre mis dedos, mis pulmones absorben profundamente el aire tan limpio del pueblo, de mi pueblo, y de pronto mi madre gritando desde la casa de la abuela me alerta.
—¡Ya voy! —le grito de vuelta y me echo a correr.
Entro a casa con cuidado de no resbalar por mis pies húmedos y solo tiene que pasar un segundo para que una manta se encuentre sobre mis hombros desnudos.
—¿Cuántas veces te he dicho que no salgas tan temprano y con vestido? te vas a resfriar —me reprende mirándome con reproche.
Sonrío sin poder defenderme y beso su mejilla, después me inclino y poso mis manos en el ya algo abultado vientre de mi madre.
—Hola Nicole —la saludo como todos los días.
—¡Valeria! —exclama la abuela apareciendo de quien sabe dónde y golpeándome la cabeza a modo de regaño.
—Hola NICOLE —vuelvo a hablarle a mi hermana recalcando cada una de las letras para que mi abuela las pueda escuchar bien.
—Que se llamará Valeria y no discutas más conmigo —pelea de vuelta, pongo los ojos en blanco ante sus palabras y me pongo de pie alejándome, está loca si cree que voy a dejar que le cambien el nombre a mi hermana, llevo prácticamente un mes llamándola así, ya se ha acostumbrado, si comienzo a hablarle como Valeria no entenderá.
Apenas doy unos pasos cuando algo duro golpea mi cabeza, sujeto la parte adolorida y doy media vuelta sin comprender que es lo que sucede, cuando veo la chancla de la abue a unos pasos de mi lo entiendo.
—Ni se te ocurra volverme a hacer esos ojos —me reprende con reproche, vuelvo a poner los ojos en blanco y cuando veo que está inclinándose para sacarse la otra chancla no pierdo ni un segundo y doy media vuelta corriendo a toda velocidad, subiendo las escaleras y solo cuando me encuentro en mi habitación respiro con calma.
Inhalo estrepitosamente como si hubiera corrido un maratón y cuando creo que me he calmado me tiro en la cama.
Ha pasado un mes desde que todo acabó y aun me sigue pareciendo como si hubiera sido ayer, estamos en vacaciones, pero seguramente Derek y Johann ya se habrán ido a instalar a sus universidades.
Sonrío con nostalgia, universidad, wow, eso todavía me parece muy lejano para mí.
"Es otro regalo de cumpleaños, pero no lo puedes abrir hasta que me haya ido a estudiar"
Me quedo un segundo confusa por aquellas palabras que llegan de pronto a mi mente y tardo varios segundos en comprenderlo, de inmediato me pongo de pie corriendo a mi armario y buscando en la única maleta que no he desempacado, que estúpida ¿Cómo lo pude olvidar? Mis manos viajan con velocidad por entre las bolsas hasta que la encuentro, con rapidez la abro y revuelvo las cosas hasta encontrar lo que busco.
El vestido que usé en el funeral de Virginia, tal y como lo recuerdo, y en una de las bolsas el sobre que Derek me dio, mis dedos se mueven veloces por el papel y lo rasgan sin cuidado, me siento mejor en el suelo y saco un papel doblado en cuatro partes, de inmediato la inconfundible letra tosca de Derek aparece ante mis ojos.
Mi nombre sobre todo el mar de letras.
"Alex
Mmm, hola, no sé cómo hacer esto, porque eres la primera persona a quien le escribo más de dos líneas así que solo comenzaré por el principio.
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El cielo en tu mirada (COMPLETA)
Teen FictionAlex conoce a los hermanos Tyler en su primera semana de clases, asustada y sin conocer nada de la vida normal no sabe qué hacer, por lo que decide huir de ellos, de sus lentes cuadrados, su casco de futbol, sus azules ojos y de la sensación de esta...