Ethan analiza la nota una y otra vez, girándola y leyéndola sin parar.
—No es la letra de Johann —explico para que no comience a creer cosas que no son. Ethan niega.
—No, de cualquier forma, no creo que él sea capaz de algo así —habla entregándome de nuevo el papel— ¿Ya se lo has dicho a Derek? —pregunta.
Niego y guardo el papel en el bolsillo de mi pantalón.
—De ser así él estaría en este momento con nosotros —contesto.
—Mejor así —dice quitándose el saco y dejándolo sobre el asiento del auto—, no le digas nada, se pondrá más paranoico de lo que ya está.
Asiento, ya lo había pensado.
—Y él no me creerá cuando le diga que no ha sido Johann, es mucha casualidad que justo el día que llegó a la cabaña apareció la nota.
Ethan asiente y me toma por los hombros.
—Mantenlo en secreto y se te vuelve a llegar otra inmediatamente házmelo saber, por favor —asiento y no tardo dos segundos en estar entre los brazos de él—, tu tranquilízate por favor, estos días son para que te relajes y disfrutes, nada más.
Asiento con el rostro enterrado en su pecho.
—No creo que pueda estar bien si no logro que Derek y Johann arreglen sus problemas —hablo.
Tan solo ha pasado una noche y ya hemos presenciado el ambiente más tenso de la faz de la Tierra, es tan incómodo, y esos dos solo están lanzándose miradas asesinas todo el tiempo, no puedo vivir así, no quiero ser una segunda Virginia, no quiero parecerme ni un poco en ella, así que debo hacer algo para solucionarlo, y debo hacerlo de inmediato, o todo empeorara entre ellos.
—Eso solo depende de ellos Alex —intenta hacerme entender.
Sonrío desanimada y no volvemos a hablar.
Las actividades programadas para el día de hoy son menos pesadas y para mi dicha terminaremos el día con una fogata, cuando hacíamos la reunión familiar cada año la parte que más me gustaba era cuando encendíamos la fogata y todos nos sentábamos alrededor a reír y bailar, espero que esta sea parecida.
Me despido de Ethan y me dirijo a la cafetería para conseguir tres cafés, avanzo por entre las cabañas haciendo maniobras para que ninguno de los vasos se derrame y sonrío cuando llego victoriosa a la cabaña, con mucha dificultad logro abrir la puerta y me sorprendo de encontrarlos a ambos despiertos, por lo poco que he sabido de ellos suelen levantarse tarde, aún recuerdo como batalle para despertar a Johann las primeras veces que salía a correr con él.
—Buenos días —saludo y cierro la puerta con mi cadera, ambos responden y vuelven a sumirse en lo suyo.
Avanzo hasta Derek y con un guiño le entrego su café, este sonríe y me agradece, pero el gesto en su rostro desaparece en cuanto ve que llevo un vaso de más.
Ignorando su reacción dejo mi vaso en la mesita de noche al lado de mi cama y avanzo hasta Johann, este alza la mirada en cuanto me planto a su lado y me observa con confusión, mirando de soslayo a su hermano, le tiendo el vaso lleno de café humeante y duda.
—Te he traído un café —comento sonriendo, Johann vuelve a ver a su hermano de reojo quien escucho como se mueve levantándose de su cama y avanzando hasta nosotros, Johann parece asustado y eso me molesta— ¿Cómo te encuentras? —pregunto tomando con mi mano libre su mentón y analizándole el rostro.
—E-estoy bien —comenta tartamudeando.
Observo el gesto con el ceño fruncido en confusión, por mucho que se odien estos dos esa es una reacción desmedida de un miedo que no había visto en Johann por Derek.
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El cielo en tu mirada (COMPLETA)
Teen FictionAlex conoce a los hermanos Tyler en su primera semana de clases, asustada y sin conocer nada de la vida normal no sabe qué hacer, por lo que decide huir de ellos, de sus lentes cuadrados, su casco de futbol, sus azules ojos y de la sensación de esta...