Cinco | Durazno

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Jun no había querido salir de casa en muchos días por lo que su madre, harta de la situación al no saber que le sucedía a su hijo, decidió mandarlo a la tienda a comprar los ingredientes para preparar su plato preferido; pizza casera. Todo era un plan para que su hizo se alegrara de alguna forma.

Al llegar al local éste estaba bastante lleno y el chico no estaba en ánimos como para esperar a que la fila avanzara, dejo los productos en un canasto a su costado y se entretuvo con su celular unos minutos, hasta que fue su turno.

La cajera, una mujer mayor, pasó cada uno de los productos por la caja registradora y una vez cancelado le sonrió abiertamente.

Al principio el chico no entendió, pero la mujer dejó una caja de chicles en su mano y le giñó un ojo. Jun continuaba pensando que la mujer estaba intentado coquetearle y no sabía cómo sentirse al respecto, ¿era una buena forma de olvidar a su ex novia involucrándose con una mujer que incluso podría ser su abuela?

Definitivamente no.

La mujer al ver la reacción del chico, le señalo uno de los pasillos vacíos, desde ese lugar podía escuchar un sonido peculiar que se le hacía conocido; el de chicles explotando.

— Ese jovencito dejó esto para ti —le dijo, observándolo con ternura.

Chan estaba demasiado ocupado tratando de decidirse por una caja de chicles, pero simplemente no podía.

Era tanto el amor que sentía hacia esas golosinas, que prácticamente se habían convertido en su alimento diario, a pesar de que Jun al principio no soportara el olor a este, poco a poco comenzaba a acostumbrarse debido a que siempre terminaba encontrándose de una u otra forma con el chico de sonrisa bonita.

Algunos clientes que estaban tras Jun comenzaron a protestar, ya que el chico estaba embobado mirando el rostro de confusión que acompañado de un puchero hacían ver adorable al pequeño. Se disculpó y le pidió a la mujer que le diera las gracias por él, las pocas energías con las que contaba no dejaban que lo hiciera personalmente.

Al salir de la tienda sonrió ampliamente, el durazno era su fruta favorita pero no pensaba en comerse la caja de chicles completa. Si no agregarla a la colección.

Estaba agradecido con aquel chico amante de los chicles, era el único que había logrado sacarle una sonrisa sincera en los últimos días.

❝Bubble Gum❞ ➳ JuNoWhere stories live. Discover now