Bad Boys (Traducción)

Capítulo 4

Medio capítulo después, Shiro se dio cuenta de que había estado rozando, moviendo la cabeza y pasando las páginas sin tomar una sola palabra. Sacudió la cabeza rápidamente, tratando de aclarar sus pensamientos arremolinados, se volvió hacia el comienzo y probó de nuevo, la tapa de la pluma medio masticada rodó entre los labios y los dientes.

'Llévatelo'.

Piel marrón perfecta y hermosa, muslos suaves bajo las yemas de los dedos. Músculo inesperado debajo, pero luego, se había sostenido mientras se inclinaba por un buen rato. Había una fuerza allí que Shiro no había esperado, pero que había encontrado aún más excitante. El vigor que quería poseer, someter, tener a su merced.

Shiro se sobresaltó un poco de su ensoñación por el sonido de la tapa de la pluma golpeando el libro con un pequeño sonido húmedo. Shiro bajó la mirada, haciendo una maldición ("¡Oh, dispara!") Mientras se frotaba el borde de la manga para limpiar las pocas gotas de baba del libro, y por supuesto sería la copia de referencia que estaba usando. Si esto fue karma por lo de ayer, se resignó a recibir precisamente nada útil hoy.

Los lunes era un día libre para Shiro: había aprendido a disciplinarse para agregar cosas a su lista de lectura a lo largo de la semana y luego dedicaba sus lunes al tiempo de lectura. Por lo general, reservaba una de las cabinas privadas insonorizadas en el último piso de la biblioteca durante el día, disfrutando del elemento de tratamiento preferencial que los postgraduados podían controlar con fiabilidad. Pudo haberlo hecho todo desde casa, pero de alguna manera siempre se sintió más productivo y como un verdadero estudiante de maestría cuando estaba en la biblioteca. Además, la pérdida de estudiantes que se encontraban por primera vez con las complejidades del sistema decimal Dewey era un deporte de espectadores que detestaba perderse.

La mayor parte de su lista de lectura de esta semana estaba compuesta por artículos de revistas, pero varios de ellos lograron convertirse en nuevas adquisiciones, por lo que Shiro tenía una pila relativamente pequeña de libros sobre el escritorio al lado de su computadora portátil. No es que estuviera haciendo ningún progreso. Había estado yendo así durante más de una hora, su café hacía mucho tiempo que se había enfriado mientras miraba el libro abierto con los ojos desenfocados, la mente ya en una habitación oscura.

Se pone las correas en la venda de los ojos, mejor para enfrentarlo. Lo había dicho sabiendo que eso era lo que iba a suceder. Verlo tendido frente a Shiro, con la cabeza inclinada y la boca embestida era puro éxtasis. Cuando él amordazó a Shiro y pudo sentirlo desde adentro, sintió que se tensaba con ese breve momento de miedo, ese medio segundo de pánico total mientras su cuerpo gritaba por el aire robado.

Shiro estaba duro debajo de la mesa. Se había despertado con fuerza, se había masturbado en la cama todavía dormida, y nuevamente en la ducha, pero apenas había atenuado la dolorosa necesidad que se desvanecía ante la más leve idea. Anoche, Shiro había memorizado desesperadamente todo lo que podía sobre el chico, hasta su prejuicioso hoy, incluso una imagen fugaz era suficiente para descarrilar su concentración. Estaba perdiendo minutos enteros en un momento perdido en la memoria, la imaginación borrándose con la memoria hasta que algo lo puso a tierra y lo sacó de allí.

Tantas cosas seguían siendo un misterio. Shiro se preguntó cómo serían sus ojos, dado su color, probablemente marrón y hermoso, tan maravilloso como el resto de él. Había sido tan receptivo, tan ansioso. Shiro recordó la sorpresa cuando el chico se deslizó hacia atrás para empalarse con Shiro, lo que obligó a Shiro a ir más rápido de lo que había pensado. Shiro había sido guiado realmente anoche, y por alguien que era tan nuevo como él, por un segundo, le preocupaba que hubiera sido inadecuado, pero luego recordó lo fuertemente que el chico se había estado apoyando en su maestro mientras se había colado de distancia, y Shiro se sonrojó con orgullo.