Capítulo III: Renacer

977 53 33
                                    

/N/A: Buenas uwu, si estas leyendo esto te lo agradezco mucho mucho, en este capitulo las cosas subiran un poco de tono asi que estas advetido/a ¬u¬.  verá el pasado de un español que todos conocemos, junto a nuestro protagonista; tambien podran ver una parte de la actitud de Milo como padre... disfruten el capitulo/

Los meses han pasado, los primeros días luego del divorcio fueron los más difíciles, no solo por mi o por Camus, fueron difíciles para los chicos, sobre todo para Hyoga, Isaac se lo tomó de mejor forma, para mi sorpresa y dicha, pero con Hyoga las cosas han sido más complicadas, es el más afectado de los dos. Creí conveniente no decirles la razón exacta del por qué Camus y yo nos divorciamos, mi ex esposo siempre fue y será un modelo a seguir para mis hijos, no puedo ser tan cruel y echar abajo a su héroe...

Estoy molesto y frustrado con Camus, pero no lo odio, no convertiré su miserable vida más miserable de lo que ya lo es. Creo en la fuerza del Karma, y efectivamente, su empresa se fue a la quiebra... mala administración y fraude, quien lo diría... eso no me hace feliz, claro que no; No soy tan malo como aparento ser, desconfiado quizás sea el termino adecuado. Gracias Camus, gracias a ti recordé que no debo confiar en nada ni en nadie... de verdad te lo agradezco pedazo de basura.

El tiempo cura, eso es lo que dicen, de hecho, el no verte me ha ayudado bastante a olvidar que alguna vez te ame, hablo en tiempo pasado, porque ya no duele tanto como antes, ya no siento lo mismo que hace un par de meses atrás; Tu mataste mi amor y yo maté todo aquello que por ti alguna vez sentí. Supongo que mi luto no fue tan largo, como lo esperaba, porque, tenías razón, la relación había muerto hace bastante tiempo, y me "desencanté" de ti sin saberlo...

-Gracias por invitarme Mu, necesitaba salir y tomarme un café...

-Descuida, no hay nada que agradecer, se bien lo que ha pasado pero...-sonríe- me parece grandioso el cómo lo estas llevando... eres sorprendente Milo

-Hey, no digas eso –Desvía la mirada y apoya su el mentón en su mano- sí siempre que nos vemos tú...me halagas... ¿no crees que – Lo mira fijamente – podría sonrojarme en cualquier momento?... Mu –Sonríe galante su aire coqueto estaba volviendo- jeh...

-Claro que no –Ahora él es quien desvía la mirada y rompe el contacto fijo del de mirada esmeralda- no eres del tipo de hombre que se sonrojaría por cualquier cosa –Vuelve a mirarlo- en cambio sí tú sigues sonriendo de esa forma... más chicas se derretirán por ti

-¿Eh? ¿Chicas? ¿De qué demonios estás hablando?- Su viento galante, pero no su encanto y sensualidad natural, había desaparecido.

-Jeh... Milo, para ser una persona observadora- Se levanta de su asiento, su contrario imita esta acción-veo que no notas todos los detalles... es eso o solo... -Camina hasta Milo- aparentas no verlos...

-...-Mira atento a Mu- quizás... -sonríe despreocupado- puede que tengas razón mi querido amigo pero –Desvía el tema- nuestro descanso esta por acabar.

-Seeh... volvamos a la empresa, no quiero ni imaginar a Saga molesto.

-Ni me lo recuerdes- mira por última vez al pelilila y se gira- vámonos

-...- Baja la vista levemente, lo suficiente para poder apreciar el trasero de Milo.

---------------------------------°----------------------------°--------------------------------------°-------------

Volvieron a la empresa, Milo iba al lado derecho de Mu, ambos seguían hablando animadamente; Tomaron el ascensor, la oficina de Milo se encontraba al lado de la de Mu, "menuda suerte" pensaba contento Mu. El pelilila desde hace bastante tiempo que había comenzado a sentir cierta atracción hacía el de ojos esmeralda, no era amor, eso lo sabía bien, lo apreciaba y quería pero no de aquella manera que todos deseamos ser amados. Lo amaba, pero no de "esa forma". Deseo, eso era lo que sentía cada vez que lo veía caminar con esa forma tan particularmente suya, cuando esos ojos seductores lo miraban atento, porque si, Milo siempre miraba observando a los ojos, casi analizando a quien estuviera a la frente suya. El de cabello lila sentía curiosidad, quería, no, necesitaba saber que se sentía poseer aquel cuerpo... tan perfectamente cuidado y de tostada tez... oír su melodiosa voz pedir y suplicar por más mientras gozaba hasta el último rincón de su cuerpo. Nadie, absolutamente nadie tenía conocimiento de esos oscuros y profundos sentimientos. Ambos descendieron del ascensor, y siguieron su plática por el pasillo, todo parecía estar en orden hasta que...

Jamás seré plato de segunda mesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora