© Querido diario; jjk

6 de Febrero

—Min EunYeong—

Mientras caminaba por la escuela con JiSoo contándome un par de anécdotas sobre sus últimas vacaciones, un chico se cercó a nosotras a entregarme un ramo de flores. JiSoo me dijo que las aceptara pues eran un muy lindo detalle, aunque yo no pensaba lo mismo. Las flores estaban comenzando a provocarme alergia de tanto que las recibía, aunque probablemente era porque todas las que me daban eran a modo de disculpa.

— ¿No te equivocaste de persona? —JiSoo me dio un codazo en las costillas, haciendo que me quedara en silencio.

— El chico de allá me dijo que te las entregara a ti. 

— ¿Quién? —señaló a alguien que estaba recargado en la pared, alzó la mirada y sonrió mientras se acercaba con pasos decididos hacia mi.

— Feliz cumpleaños enana. —me felicitó ChanYeol al tiempo que despeinaba mi cabello. ¿Acaso era mi cumpleaños hoy? ¿Qué m... Diablos? ¡Me había olvidado de mi propio cumpleaños!

— Gracias por el detalle, creo. —lo segundo que no esperaba en ese instante, fue que me robara un beso justo delante de JiSoo, quien parecía estar disfrutando esa interacción mucho más que yo. Extraño.

— No puedo creer que cumplas un año más —lloriqueo JiSoo. 

— Cállate, sólo me llevas un mes. Suenas como una anciana —me burlé. 

— Feliz cumpleaños EunYeong —escuché detrás mío. JinYoung también había aparecido para felicitarme, y aunque no esperaba ni deseaba su presencia con nosotros en ese momento, igual agradecí por sus palabras. Sacó una pequeña caja de su bolso y me la extendió—. Anda, no muerdo, tranquila —la tomé sin muchas ganas y le agradecí de nuevo—. Quisiera hablar contigo a solas, ¿Se pude?

Voltee a ver a JiSoo, ella solo alzó los hombros como respuesta. Le regresé el ramo de flores a ChanYeol y me aparté de ellos para hablar con JinYoung, pude ver que JiSoo empujaba a ChanYeol para que nos dejara solos.

— ¿Qué necesitas decirme?

— EunYeong, siento muchas cos—negué mientras me alejaba de él, pues parecía querer tomar mi mano.

— No necesitas mentir JinYoung. Sé sobre su apuesta. —se quedó en blanco durante un rato, pero al final solo sonrió.

— A veces me sorprende la facilidad con la que te enteras sobre las porquerías que hacemos —suspiró y asintió mientras colocaba ambas manos en su entrepierna—. Lo admito, fuimos unos imbéciles y nos merecemos todo lo que quieras decirnos y hacernos, pero por lo que más quieras no... Ahí.

—sonreí divertida al ver su miedo— Ese sería un camino fácil, y no es mi estilo herir con golpes.

—suspiró aliviado— No espero que me perdones, aunque de verdad quiero que sepas que lo sien—lo volví a interrumpir, pidiéndole que se detuviera con las disculpas— De acuerdo, uhm. Eso no era lo que quería decir, yo, uhm. JungKook me ha pedido que viniera a hablar contigo para contarte sobre todo. 

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Mi cabeza estaba hecha un caos, tenía tantas cosas en ella que ni siquiera podía enfocarme en una sola cosa. 

Así que si soy una apuesta, pero no. JungKook no todo el tiempo había sido un imbécil, o por lo menos no tanto cuando le parecí atractiva. Creo. JinYoung me dijo que hubo una temporada en la que JungKook gustó de mí, que incluso se lo contó a sus amigos. El detalle, es que jamás aclaró que al poco tiempo se olvidó de mi existencia por otra compañera, así que, bueno. La apuesta comenzó como una forma para que el dejara de poner pretextos y acercarse a mí, pero vaya que había complicado más las cosas entre nosotros.