Capítulo 28 - Cuatro siglos.

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Se inclina hacia mí y pega sus labios a los míos. Sin darme cuenta, mis ojos se cierran y un montón de imágenes comienzan a venir a mi mente.

Me veo a mí misma siendo muy pequeña en  un pueblo. Me veo feliz. Juego con un chico varios años mayor que yo, sus ojos son eclipses. Es Azazel. Probablemente él tiene 15 años; yo ni siquiera llego a los 6. Reímos juntos sin parar. Nos caemos. Nos abrazamos. Hacemos travesuras. Me enseña magia. Me enseña magia... Él me enseñó la magia.  Veo un beso. Un beso entre nosotros. Mi primer beso. Mi infancia.  De repente todo se vuelve negro y solo veo fuego, fuego y un fuerte viento. Azazel lucha usando su magia acuática, intento ayudarle. No sirve de nada. El pueblo cae. Muchos niños lloran desconsolados. Mucha gente muere.

Mis padres... mis padres mueren.

Azazel me coge entre sus brazos y me saca corriendo del pueblo. Una señora corre con nosotros. Lo llama hijo. Es su madre. Nos persiguen. Llegamos al bosque. Nos escondemos los tres, pero nos encuentran. Nos rodean. La madre de Azazel comienza a usar su magia contra ellos. Son llamas negras. Es magia negra. Nos grita que huyamos. Azazel llora. Yo lloro. Azazel vuelve a cogerme y nos adentramos en la montaña juntos. Solos. Encontramos una vieja casa. Nos ocultamos un tiempo. Me pongo enferma. No me encuentro bien. Nada bien. Mi corazón deja de latir. Azazel grita desesperado. Invoca su magia para intentar salvarme. Todo se vuelve negro un largo tiempo. Y revivo.

De repente Azazel deja de besarme y se aleja de mí lentamente. El contacto ha durado unos segundos, sin embargo yo he logrado ver varios años de imágenes pasar por mi cabeza. Mis ojos se abren de repente y lo miro. Él me sonríe.

-          (Azazel) - ¿Ya sabes quién soy? – me susurra.

Mis ojos vibran. "¿Qué acabo de ver?"

-          (Yo) - ¿Q-qué ha sido eso? – mi voz tiembla.

-          (Azazel) – Te he dicho que los recuerdos importantes nunca desaparecen. Solo hace falta revivirlos.

-          (Yo) – T-tú... tú eras... - no consigo hablar. – Tú me salvaste.

-          (Azazel) – Siempre estuvimos tan unidos... Éramos vecinos, amigos, inseparables. Tú querías aprender mi don cuando nadie más quería. La gente me apartaba por ello. – Sus ojos se clavan en mí. – Destruyeron a todos por ello. A todo el pueblo. Y nos persiguieron, sabían que mi padre... - Se calla un instante. – Sabían que mi madre usaba magia, magia que ellos no comprendían, sabían que me la había enseñado y que yo te la había enseñado a ti. – Acaricia mi mejilla. – Mi madre nos protegió, y yo cuidé de ti desde entonces.

Estoy alucinando. No puedo creer lo que escucho, pero lo he visto.

-           (Yo) - ¿Por qué no recuerdo nada de eso? ¿Por qué no recuerdo nada de nada?

La mirada de Azazel se hace más sombría y su sonrisa desaparece.

-          (Azazel) – Forma parte de tu labor. Formó parte de nuestro plan.

-          (Yo) - ¿Q-qué? ¿Qué plan?

De repente se separa de mí bruscamente y me da la espalda.

-          (Azazel) – Siempre fuiste demasiado sentimental. Eso jugaba en nuestra contra, pero teníamos que aprovecharlo. Tú aceptaste.

Me quedo paralizada en mi sitio. No entiendo de qué está hablando.

-          (Yo) - ¿Qué estás diciendo? No entiendo nada...

El fuego de mi corazón.Where stories live. Discover now