Capítulo 14

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- No quiero fotografiarte aun -murmuró el ojiazul mientras caminaban hacia el corredor tomados de las manos, el destino siendo la puerta del fondo.

- ¿Sabes que eso significa que no me verás desnudo? -preguntó Graham.

- Sí -afirmó- y realmente no me importa.

- No puedo creer que hayas dicho eso, Damon Albarn -susurró Graham con cierta tímidez.

- Yo tampoco -dijo con una dulce sonrisa, su mirada avergonzada fijándose unos segundos en el suelo-. Tal vez me estoy volviendo loco.

- Ya lo estabas antes.

Una sonrisa se apoderó en los labios del chico del tatuaje en cuanto sus miradas se encontraron, y en el momento en que una de sus manos acarició la mejilla del tatuador antes de alejarse lentamente este pareció haber sido un acto inconsciente.

- Tienes razón -confirmó- tendré que buscar otra explicación coherente, supongo.

Y sin más sujetó la mano de Graham y lo arrastró hasta el interior de la habitación que ya el tatuador conocía.

- ¿Qué haremos ahora, Damon? -quiso saber con cierto nerviosismo-. Si quieres ir directamente al próximo paso debes saber que no estoy listo y yo...

- ¡Grem! -le reprendió- solo quiero hablar contigo... no quiero tener sexo contigo ni nada de eso. Ni siquiera yo me siento preparado para eso, y créeme que era de los que se desvetían ante al primer idiota que representase un buen modelo para una grandiosa obra de arte.

- ¿Acaso jamás has estado con una mujer? -preguntó Graham mientras se sentaba en la cama, adaptando la seductora pose atípica que usaba para sus sesiones con Damon. De a poco se acostumbraba a eso-. Siempre te refieres a ellos... Jamás a ellas.

- Hubieron varias. La mayoría eran prostitutas... pero con ellas era distinto, me arrepiento de haber estado con ellas, pero no con ellos.

- Entiendo -murmuró.

Dolía, dolía aunque aquellas viejas relaciones hubiesen sido pasajeras, dolía porque alguien había besado a Damon, y alguien más lo había abrazado, y alguien más lo había tocado.

- El primero fue Daniel, un chico por el cual mi padrastro pagó para subirme el ánimo -comenzó a relatar- pues él ya sabía acerca de mi sexualidad. Luego, al empezar a tomar fotos, iba a una agencia y seleccionaba a mis modelos, y supongo que así empezó todo.

- ¿Eso quiere decir que jamás has tenido un novio?

- No realmente, al principio iba al prostíbulo casi todos los días y pagaba por el servicio de Dan. Le contaba cosas, y él escuchaba e intentaba hacerme sentir mejor. Pensé que teníamos algo, pero una noche le vi bailándole a una chica y abrazándola como lo hacía conmigo, en ese momento me di cuenta de que él realmente no me escuchaba ni me consolaba. Él estaba ahí por el dinero, y yo estaba ahí por él, porque necesitaba sentirme querido de alguna forma... Luego salí con Jamie, un universitario proveniente de Horsham que trabajaba todos los días en un club de striptease, él era el administrador. Duramos una semana juntos, yo solo... quería algo felicidad en mi vida pero no la encontré.

- ¿Los amaste?

El chico se negó de inmediato, y no parecía tener vergüenza alguna.

El chico del tatuaje; gramon.Where stories live. Discover now