Capítulo 2

368 44 7
                                    


Los estudiantes de la academia Saotome se hallaban deambulando por el pabellón, gozando del período libre que se les proporcionaba siempre luego de los tres bloques del itinerario de las clases

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los estudiantes de la academia Saotome se hallaban deambulando por el pabellón, gozando del período libre que se les proporcionaba siempre luego de los tres bloques del itinerario de las clases. Mientras algunos optaban por pasar el tiempo en el patio o la azotea, Otoya y su grupo de amigos elegían pasar ese bloque libre en la cantina, zona deshabitada y que -en ese lapso-; correspondía solo a ellos.

─ ¿Seguro era una sonrisa? ─cuestionó Haruka, sorprendida ante la recitación del pelirrojo a cerca de los sucesos. Aunque la fémina no lograba negar que la imagen de que Ichinose sonriera la alegrara y maravillaba mucho, eso quería decir que no era tan insensible como todos comentaban.

Otoya asintió sonriendo y con los pómulos ligeramente colorados.

─Yo no lo creo ─contradijo Masato, un joven de cabello azul y ojos del mismo color, con un pequeño lunar en su mejilla, cruzándose de brazos. Él dudaba mucho de las palabras de Otoya, no porque desconfiará de su amigo; si no porque sabía cuánto Otoya anhelaba poseer una verídica amistad con Ichinose, y esto conseguiría lograr que inclusive un "buenos días" lo ilusione.

─ ¿Desconfías de Ikki? ─conjeturó un muchacho de cabello rubio largo, con un mechón cubriéndole uno de sus orbes azules. Haciendo que su comentario frunciera el ceño de Masato.

─De él, no ─respondió de mala gana Masato─, el problema es su juicio y visión de la realidad ─explicó.

─Soy realista ─declaró Otoya, ganándose una ceja arqueada por parte de Masato que hizo que se encogiera de hombros.

─Yo concuerdo con Masato, Otoya ─habló un chico de hebras rubias y rosáceas, de grandes ojos azules; pero de baja estatura─. Quizás solo aparentó una mueca para que dejarás de insistir ─se achicó de hombros.

─Oh, Syo ─esta vez habló un rubio de anteojos y ojos verdes repletos de ternura, designando al más bajo─, yo no opino que Ichinose sea tan cruel, quizás le devolvió una sonrisa a Otoya y fue sincera ─opinó.

─Eso es porque tú estableces que todo es un pimpollo y es inofensivo, Natsuki ─refutó Masato, siendo secundado por Syo con un asentimiento.

─Quizás ─sonrió inocente Natsuki.

─ ¿Y tú Ren? ¿Qué piensas? ─preguntó Haruka, echando una mirada al de pelo rubio largo.

─No mentiré; la idea dever a Ichinose sonriendo me atemoriza tanto como me serena, al menos es humano ─se mofó, antes de poner un expresión seria─, pero por esta única vez, estoy con Masato. Ikki se lo pudo haber imaginado ─juzgó.


Haruka dio una ojeada a Ittoki, él pelirrojo se veía algo defraudado y abatido. La fémina se sintió algo mal y le proporcionó una sonrisa mientras decía: ─ animo ─en un cuchicheo. Dando oídos a como sus amigos cambiaban de asunto a uno más trivial, Ittoki no esperó en acoplarse a ellos en la plática con una sonrisa. Haruka flaqueó ante la sinceridad de esa sonrisa, pero no marcó nada.

Melodía Sin Teoría ©Where stories live. Discover now