Roto

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Se estaba volviendo loco. Hacía meses que no la veía. La oscuridad se estaba apoderando de su mente y de su vida. Poco a poco se fue distanciando de los demás, ya no hablaba con casi nadie si no era necesario y no para de escuchar la voz. Aquella voz. "Nadie te entiende, joven Solo", "ese no es tu lugar", "tus padres siempre te han querido lejos". Esas frases hacían eco en su mente a lo largo del día. Y el sabía que tenían razón. ¿Quién le iba a querer a él? Siempre había estado solo. Allí nadie le valoraba. Y ni siquiera veía a la niña.

Había pensado en ir a buscarla pero no sabía en que planeta se encontraba. Buscó en la biblioteca libros sobre las localizaciones de cada uno de los planetas que conformaban la galaxia pero ninguno le resultó de ayuda. Y no le  preguntó nada al estúpido de su tío. Ni al estúpido de su padre. Si podía llamarle así.

Los días pasaban y en la cabeza de Ben resonaban una y otra vez verdades acerca de él mismo. Darth Vader era su abuelo. Le habían escondido la verdad desde siempre pero ya eran incapaces de esconderle la realidad, y por otra parte el chico era incapaz de esconder el respeto y admiración que sentía hacia su antepasado. 

Y él sabía que algo no iba bien en él desde pequeño. Las voces y aquella oscuridad le iban reclamando, y Ben sabía que iba a caminar hacia ellas. Debía hacerlo. Y lo iba a hacer.

Una de las noches en las que le era difícil dormir, esperaba con ansiedad soñar con la pequeña. Viendo como un destello verde iluminaba su cuarto, empezó a aliviarse pensando que por fin tocaba uno de los sueños reparadores. No sabía lo muy equivocado que estaba hasta que se giró. Su tío Luke sujetaba su sable en mitad de la oscuridad de su habitación mirándole fijamente. Dispuesto a matarlo. Ben no se lo pensó dos veces y cogió rápidamente el suyo para hacer frente a su tío. Ira. Miedo. Furia. Con una mano, usó el poder de la fuerza y reventó el techo. Sonó una explosión.

La escuela había sido reducida a pedazos y cenizas. Ben no podía creer lo que había hecho. Pero no había vuelta atrás. Lo que las voces le habían estado diciendo todo ese tiempo era cierto, aquel no era su lugar, no sabían entender su poder de la fuerza y lo mejor era romper con todo aquello. Matarlo.

No era el único que había sobrevivido. Varios de sus compañeros llenos de cenizas y alguna que otra herida le miraban desde algún punto de los escombros. Vio que no tenían a nadie. Sólo a él.

- Seguidme - ordenó Ben.

Poco a poco, los demás niños, y no tan niños se fueron acercando a él. No eran más de seis, ya que los demás probablemente habían quedado atrapados bajo los restos de paredes de la escuela. Sabiendo lo que tenía que hacer y a donde debía dirigirse, se dispuso a salir de allí. Los demás le seguían, temerosos, hasta que llegaron a un punto del bosque que rodeaban la escuela donde se encontraba una nave esperándole. La oscuridad había respondido a él. Iba a rescatarlo. Entró en aquella nave adentrándose también en una vida muy distinta, alejándose de la luz que había estado guiando su vida para poder servir al Lado Oscuro.

Hace muchos años pasó por allí por primera vez un niño inocente y lleno de ilusiones. Ahora abandonaba aquel lugar un hombre angustiado y lleno de odio.

BenWhere stories live. Discover now