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Miércoles, 22 de agosto
1:57 p.m.

Len POV

Y seguida pude divisarla en aquel estante trabajando diligentemente. ¿Es una broma? me cuestioné para mis adentros, no sé si era mala obra del destino pero fuese lo que fuese, esto ya daba miedo. No podía culparla, hasta yo me asustara de mí mismo.

No hice más que entrar y seguida vi una pelirroja recargando su barbilla en la palma de su mano así como su codo sobre la superficie del escritorio, lógicamente, sonriendo coqueta, con su vista apuntándome sin disimulo. Sonreí internamente, ya no tendría una noche aburrida. Era descabellado acostarse con tu nueva empleada, pero daba igual.

Me acerqué allí para presentarme y habló:

Teto- Eres el empleado nuevo, ¿verdad?- preguntó dulce con una característica sonrisa.

Len- Exactamente linda, soy L-

Teto- Len Kagamine, lo sé.- sonrió.- Te encargarás de este pasillo.- pausó para luego seductoramente decir:- Y de otras cosas, claro.- tomó un papel y anotó algo que no pude ver, lo insertó en un libro y me guió hasta el área que me había asignado.- Es este, cualquier duda o ayuda que necesites mi nombre es Teto.- culminó haciéndome entrega del libro, yo instintivamente lo abrí y sonreí tras leer el contenido del papel:

~A las 7:00 p.m. en el hotel de esta calle, no me defraudes guapo.~

Por alguna extraña razón al leer aquello estornudé, seguramente esa rubia estaba hablando musarañas de mí. El papelito voló...sí, que magnífica esta suerte mía. La mencionada, tras sentir cómo algo desconocido le rozaba el fino brazo, giró su rostro en busca de aquello que la había tocado...y leyó el mensaje.

Rin- Kiasko.- dijo para sí misma con su ceño fruncido en señal de repulsión, yo no pude evitar reírme por su reacción.

Pero entonces me vió, y sus ojos se expandieron a su máximo límite, aunque después su gesto repulsivo volvió a su rostro.

Rin- ¡Ah! Entonces esto era tuyo, debí suponerlo...Espera, ¿qué demonios haces aquí? No me digas ahora que tu papá se enteró también que te prostituías y te botó del trabajo.

Len- ¡¿Komo lo zupo?!- dije sarcástico fingiendo sorpresa.

Rin- ¿Qué haces aquí, idiota? Ya me estas dando miedo en serio.

Len- Como si fueras a creerme.

Rin- ¿Sabes? Aquí al frente hay una jardinería, y venden muchos, muchos cactus, ¿quieres saber lo que se siente tener uno en el c-..?

Len- ¡Ey ey! Santo, menuda boca para una señorita.

Rin- Aquí la señorita eres tú.

Len- ¡Te pasaste chula!

Rin- ¿Ya ves? La dama se ofendió.

Len- Un hombre es más  femenino que tú, avergüénzate.- ¡¿qué demonios acabo de decir?!

Rin- explotó a carcajadas y apenas controlando la respiración habló.- Cancelado el cactus, va y te gusta.

Me quedé callado con los brazos cruzados y una mejilla inflada, debía rendirme, a esta no había quien le ganara.

Rin- Ey, idiota afeminado, ¿qué rayos haces aquí?

Len- suspiré y desviando la vista con mis brazos aún cruzados en berrinche contesté- El profesor de literatura se enteró de que necesito demasiadas puntuaciones para culminar el semestre.

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