•Guardia•

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Jueves, 6 de septiembre
6: 22 p.m.

Len POV

Len- "Luego me enteré del por qué nuestra relación había acabado tan abruptamente, fui capaz de entenderlo tras descubrir que había fallecido por aquel veneno en las venas conocido como leucemia. Haber visto su pálido cuerpo en aquella caja provocó que nuevas sensaciones hirientes me carcomieran, y ya sabía muy bien quien podría sacarme de ese estado. La vi, y en vez de ver a mi propia hija, vi a la mismísima reencarnación de aquella mujer que ya mas nunca sería mía. Este amor era tóxico, era obsesivo...pero ya me había consumido, y aguantarlo por mí mismo no era una opción..."

Rin- "Entonces decidí jugar como la última vez, manchándola de mi lascivia y oyéndola gritar de la desesperación."- terminó narrando en voz baja para luego cerrar el libro y mirarme.- Y tú estas muy pegadito, aléjate.

Len- Ay, yo que me estaba emocionando.- bromeé lamiendo mi labio inferior, intentando ocultar aquella sensación que me azotó cuando noté que nuestros brazos se estaban rozando el uno al otro por la cercanía.

Y sí, ya estaba hecho puré con la Gumi. Ella aún no lo sabía, pero estoy seguro de que cuando se entere pondrá el grito en el cielo y me dejará sin hijos, pues hace apenas unos días me había encargado que Rin no volviera a fijarse en aquella atrocidad y sin embargo aquí estaba yo, no solo haciendo la vista gorda, sino que leyéndolo con ella.

Pero es que me he puesto a pensar, algo que sinceramente me ha sorprendido ya que apenas puedo hacer tal cosa, pero ya me resigné con esta muchachita. Quizás no era el mejor pensamiento, pues es raro que provenga semejante cosa de mí, pero creo realmente que no debería dejar de leerlo.

Aún no sabía de qué se trataba todo esto, pero si algo dicen los expertos es que a los problemas no se les huye, se les enfrenta. Y lo que sea que contenga este libro, si es un conflicto debe encararlo.

Es por eso que cambié de opinión. Rin debía poder leerlo, solo que esta vez me encargaría yo de que no se desmoronara. Aquella vez cuando la vi en ese estado ni siquiera pude reconocerla, me parecía imposible que la grosera y retorcida de Rin podría pasar por tal situación.

Pero supongo que sigue siendo una humana más, fue estúpido de mi parte pensar que no tendría puntos débiles.

Y de esta manera es que he llegado aquí, sentado junto a ella leyendo a su compás y acompañándola a su casa cada vez que acabábamos para procurar que no se derrumbara a mis espaldas.

Quizás igual lo hacía una vez entraba por esa puerta que nos separaba, pero al menos trataba de ocuparla lo más posible a través de mensajes o llamadas.

Realmente me estaba volviendo un acosador...

Realmente, terminé por desconocerme en absoluto.

Ya ni siquiera para mis ligues tenía tiempo, aunque creo que ni me molesta.

Rin- ¿Nos vamos, stalker?- preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

Len- Por supuesto, amargada.- sonreí levantándome de la silla y dirigiéndome con ella hacia la salida.- Mierda...- dije tras ver el torrencial que se descargaba desmedidamente frente a nosotros.

Rin- Si me enfermo de nuevo déjame morir, no quiero volver a probar tu sopa de verduras.

Len- Oh no querida, sé que te gustan mis cuidados pero no debes ser tan codiciosa, esta vez seré yo quien enferme.- dije sonriendo burlón mientras retiraba mi chaqueta.- Y tu me cuidarás.- le guiñé un ojo tras acomodar la pieza en sus hombros.- ¡Ahora corre como cerda!- exclamé aligerando mi paso para evitar recibir su reacción por mi acto.

¡Aléjate!Where stories live. Discover now