•Hacer el amor•

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Jueves, 11 de octubre
5:32 p.m.

Rin POV

Cerré el libro y suspiré.

Len- Ey, ¿estás bien? -preguntó posando una mano en mi hombro. Su tono y rostro mostraban aflicción.

Rin- Estoy bien, tonto. Quita -pedí mientras apartaba su mano, él me miró extrañado cuestionando mi actitud-. Siento que doy pena. Odio sentirme como la damita vulnerable de una novela fanfic. -La mirada de Len entonces pasó a una de total entendimiento, y una carcajada se le escapó en seguida.

No estaba leyendo mi libro. Leía Bajo la misma estrella. Se nos pegó el drama de John Green.

Len- Con razón. Rin, estas muy lejos de ser algo así. De esto ser un fanfic, serías la "damita" marimacha. -Hizo las comillas con los dedos, mi cara pasó a una de póquer.

Rin- ¡¿Otra vez con eso?! -pregunté golpeándole la cabeza con el libro, el muy tarado no paraba de reír.

Len- Así me gustas -confesó relajado mientras se recostaba.

Estábamos en la sala de mi casa, sentados en el suelo a pesar de tener un sofá bastante cómodo. Y es que me gusta sentarme aquí, el espacio se siente más abierto y las losas siempre permanecen frías.

Aunque el tono de Len fue suave, sus palabras quedaron estancadas en mi mente, repitiéndose cual disco rayado. Al no saber qué contestar, decidí inclinarme junto a él. Ambos colocamos nuestras manos bajo nuestras cabezas para amortiguar la dureza del suelo, y nos mantuvimos mirando el techo en silencio.

Rin- ¿Qué día es hoy? -pregunté de repente al tener cierto presentimiento. Len buscó su móvil y lo miró para luego estallar en risas. Giramos el rostro, nos miramos y al unísono lo dijimos.

"Jueves"

Tantos días y el padre de Len tuvo que venir a joder un preciso jueves, ¿ya ven?

Len- Y por razones como éstas es que odio este día.

Rin- Me conociste gracias a un jueves, tonto.

Len- Válgame, si los jueves son la misma maldición. 

Rin- Eres un...

Me quedé callada al sentir los labios de Len estampándose en mi mejilla. Fue un acto rápido, que no tardó en hacerme sonreír.

Len- Es lo único que ha hecho que los jueves no sean un día tan jodido.

Rin- Maldito cursi de mierda -dije divertida y satisfecha de sus palabras mientras me sentaba para revolcar con mis dos manos su cabello-. ¡No te queda como a Augustus Waters!

Él reía, y yo también.
Increíble, pero cierto.

Ahora que lo pienso, mi cara sonriente debe ser desagradable. Es decir, debe ser tan raro como ver a un niño vomitando arco iris. Así, algo bonito siendo exteriorizado asquerosamente.

Len tomó mis muñecas para detener el embrollo que le hacía a su cabello, yo continué forcejeando hasta que me di por vencida. O mejor dicho, me resigné. Podíamos continuar peleando, pero eso dañaría la atmósfera y bueno, a quien quiero engañar, es lo que menos deseo ahora mismo.

Len- ¿Te rindes tan fácilmente, marimacha?

Mis muñecas permanecían aprisionadas, ambos cuerpos estaban estáticos cerca del otro mientras mi boca inhalaba y exhalaba el aire con necesidad.

¡Aléjate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora