XXI

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Pasó el día, cayó la noche y el silencio entre ustedes permanecía. Te sentías débil, cansada y sin apetito, no querías nada con nadie. Decidiste salir al patio, ya que dentro de la prisión comenzaban a prepararse para la cena y querías evitar a toda costa esa circunstancia. Ya en el gran patio que ahora les pertenecía, hiciste una pequeña fogata para tomar algo de calor. Pasado unos minutos alguien se acercó a ti, estabas tan sumergida en los pensamientos que no los sentiste. Solo te diste cuenta de que era él cuando se puso a espaldas contigo.

ㅡ No has comido en toda la tarde, debes alimentarte ㅡ dejó un plato de comida al lado de tus manos.

ㅡ Da igual ㅡ apenas musitaste.

ㅡ No ㅡ dijo con su voz ronca y lenta ㅡ. Debes estar bien para salir a una expedición afuera... ㅡ carraspeó ㅡ. Además, no nos sirves enferma, si nos vienen atacar debemos estar preparados para enfrentarlos.

ㅡ ¿Para solo eso sirvo? ㅡ dijiste con la voz casi a punto de quebrarse ㅡ. ¿Solo para ayudar a sobrevivir? ㅡ reíste ㅡ. No sé qué mierda de respuesta esperaba de ti... como si no te conociera.

ㅡ ¿Te arrepientes? ㅡ consultó en voz tan baja que se hacía ininteligible.

ㅡ No me arrepiento, para nada ㅡ contestaste segura ㅡ. Ni un maldito segundo.

ㅡ Come, debes hacerlo ㅡ fue lo ultimo que dijo, él se levantó y se retiró del lugar. Las lágrimas comenzaron a brotar, realmente habías mandado todo a la gran mierda.

Pasaron las horas, el silencio reinaba en toda la prisión, seguro ya todos caían dormidos. Te acomodaste en el suelo, acurrucándote para no sentir el frío. No querías entrar, no querías verle y sentir esa terrible culpa de echar todo a la mierda. Pasaron las horas y aún no podías conciliar el sueño, tenías la mirada fija en el fuego y en cada chispa que salía.

ㅡ Ey, ____... ¿cómo estás? ㅡ era Carol quien se agachaba y tomaba de tu brazo ㅡ. Estas helada, ya es muy tarde para estar acá.

ㅡ Estoy bien ㅡ suspiraste ㅡ. Me voy a quedar aquí, no quiero entrar.

ㅡ Puedes resfriar ㅡ ahora ella era quien suspiraba sonoramente ㅡ. ¿Qué pasó?

ㅡ Eché todo a perder, pero por favor, no quiero hablar... solo déjame en paz ㅡ expresaste con tan solo un hilo de voz.

ㅡ Bien... volveré en un rato más para ver si cambias de opinión.

ㅡ Ey, ¿cómo está Hershel?

ㅡ Todavía no despierta, pero no perdemos la fe... si quieres, puedes quedarte con nosotras para vigilarle ㅡ no respondiste, tenías tantas cosas en la cabeza que no te dejaban pensar bien. Ella partió al no tener respuesta.

¿Por qué no te pudiste controlar como todos los otros días? Hace tanto que deseabas esos labios, sentir un suave roce que hiciera vibrar tu alma. Desde el principio llamaba tu atención, de hace tanto que solo querías abrazarle... tenerle. Estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos. No te diste cuenta, pero tus ojos ya estaban cerrados, caías rendida al agitado día que habías tenido. Al fin terminaba, momentáneamente, esta tortura.

*

Tus ojos comenzaban a recibir los primeros rayos que daba el sol y los pasos de alguien te despertó, de un salto quedaste sentada y por tu brazo cayó el poncho de Daryl. Te diste vuelta y notaste que era Rick.

ㅡ ¿Estás bien? ㅡ se puso al lado tuyo.

ㅡ Eh ㅡ te pusiste el poncho ㅡ. Sí, estoy bien... ¿qué hay para hoy, jefe?

Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]Where stories live. Discover now