51. Sorpresas

9K 594 284
                                    

Fuiste hasta la cocina para lavar los platos utilizados, se había hecho una norma que cada uno limpiaría lo que había ocupado en la prisión. Estabas con una expresión de enfado en tu rostro, pasabas la esponja en el plato con brutalidad provocando que resbalara de tus manos y se partiera en mil pedazos en el suelo. Maldijiste a los cuatro vientos, sin importarte que hubiera gente a tu alrededor.

- Ey, calma – dijo Rick acercándose y tomando la escoba para ayudarte – te harás vieja pronto.

- Cállate – él te miró mal – ya, perdón – fuiste por la pala –

- ¿Qué hizo ahora?

- ¿De qué hablas? – trataste de omitir su referencia a Daryl – No estoy enojada con él.

- Mmm, ya lo insinuaste, así que es él – agregó Michonne uniéndose a la conversación –

- ¿Tú también comenzarás? – suspiraste – no participará de la cena, me lo había prometido... no se lleva con la nueva gente y esas personas nos necesitan – levanté los hombros – necesitamos que vean que somos buenas personas, eso les hará actuar con confianza y querrán ayudarnos en caso de cualquier cosa.

- Tú sabes como es Daryl, le cuesta adaptarse... que lo haya hecho tan rápido contigo, no significa que será así con todos – dijo Rick y tu golpeaste su hombro – pregúntale a cualquiera y te dirá lo mismo.

- ¿Crees que estoy pidiendo mucho?

- Sí – dijeron los dos al unísono –

- Mmm – hiciste una mueca – le daré su espacio, que se adapte como quiera... solo quería ayudarlo – fuiste a tirar los pedazos de loza, para luego dirigirte hasta tu celda por tu bolso y volviste junto a Daryl a la torre de vigilancia. Él te miró con un poco de tristeza cuando entraste, tú subiste a uno de los escritorios y sacaste un libro de tu bolso para comenzar a leer –

- ¿Es el de los apartados de Merle, cierto? – apenas musitó –

- Sí – subiste la mirada – quién diría que compartíamos gustos literarios.

- Nunca me gustó leer.

- Quizás no has encontrado tu género – subiste los hombros – sigue buscando – bajaste tu mirada al libro y seguiste con la lectura –

- Tengo otras pasiones – no respondiste – vamos, deja de tratarme así.

- Estoy leyendo, Daryl – reíste leve – no le des segunda lectura.

- Estas molesta, lo sé, pero es que no quiero.

- No sigas – dejaste tu libro de lado, te acercaste más a él y apoyaste tu rostro en su hombro – solo es cosa de tiempo para que dejes de ser un terco.

- Así es, es solo cosa de tiempo – acarició tu cabeza – solo debo adaptarme a estos cambios – asentiste y te levantaste para mirarlo unos segundos - ¿Qué pasa?

- Me encantas – subiste tus hombros y le diste un corto beso, te acomodaste a su lado –

- Y tú a mi – te rodeó con su brazo – chica terca para alguien terco...

- No soy terca – dijiste a regañadientes –

- ¿Le pregunto al viejo? – tu lanzaste una risa – tuvo que darte relajantes musculares para que cedieras.

- Nadie puede conmigo, ¿Qué quieres que haga?

- Nada, preciosa – sentiste esa maldita sensación que expresaban como "mariposas en el estómago", tus mejillas se acaloraron al escuchar de sus labios la palabra "preciosa" – Creo que yo puedo contigo – solto una pequeña risa y tú escondiste tu rostro en su cuello, le diste un leve golpe en su costado – no seas bruta.

Keep Alive ~ [ Daryl Dixon y tú ]Where stories live. Discover now