❀ treinta y dos ❀

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[narrado por Javiera]

Estaba esperando impacientemente a que la Lu se hiciera presente.

Esta hueona, demás que la Dani no se ha ido y ella tuvo que quedarse. Puta la huea, si la Dani no es pa ella.

La Dani le miente.

—Perdón por tardar, la Dani se fue y mi mamá me pidió que cuidara un poco al Bruno. —dice la Lu dejándose caer en frente de mí.

Mi pobre bebé, no quiero que llore, pero tampoco quiero que siga viviendo en una mentira.

—Ya mira, hoy fui al cuarto C, pa hablar con la Patty que me debía plata... iba casi llegando cuando escuche la voz de la Romina diciéndole a la Dani: "¿Cuándo la vai a dejar? La apuesta era de 2 meses nomas y tu casi llevai como 3" las dos estaban sentadas en el suelo en la entrada de la puerta, me escondí pa poder seguir escuchando...

Y me caye, esperando a que la Lu entendiera.

—¿La Dani, mi Dani? ¿mi polola?

Y su carita se transformo, lo que pasaba con la Lu es que podías saber altiro si iba a llorar o si algo le dolía.

Y puta sus ojos reflejaban tanto dolor que casi me pongo a llorar yo.

—Luego la Dani le respondió: "Pronto, amor, te lo prometo" y se comieron.

Entonces paso lo inevitable y la Lu se inclino, se tapó la cara y empezó a llorar, sus sollozos eran amortiguados por sus manos, y yo salte altiro de mi silla pa poder abrazarla.

—Lo siento tanto, mi niña. —susurre mientras ella se escondía en mi cuello.

—¿No soy suficiente? ¿Es acaso que no soy bonita? ¿Por qué siempre me tratan tan mal? —murmura ella entre quejidos.

Oh no, eso si que no.

No voy a dejar que se trate así misma de esa manera.

—Ni por un minuto pienses que no eres suficiente, eres maravillosa, eres preciosa y eres la mejor mina que conozco.

Le acarició la espalda y ella solloza un poco más fuerte.

—Soy tan tonta, ¿por qué confíe en ella? —dice entre sollozos.

Negué con mi cabeza y me puse a agarrar nuestras hueas.

—Vamos a curarnos, ya esta. Tomamos un poco de vodka y nos volamos un poco. —digo tomándole la mano y saliendo del lugar.

No voy a dejar que mi ñatita llore por una hueona que lo único que hizo fue jugar con ella.

La Luciana se merece algo mejor.

Cuando llegamos a un botillería, estaba un amigo que no dudo en venderme el vodka, un poco de mota, y unos cigarritos.

La Luciana solo miraba y no me soltaba la mano, parecía una niña chiquitita.

—Podi darnos también unas cervezas. —dice la Lu sacando unos billetes de su bolsillo.

Mi amigo nos pasa un six pack de cerveza y la Lu le paga.

Nos vamos a una plazita piola donde nadie nos va a decir nada por estar tomando y fumando a esta hora.

—Gracias por decírmelo, Javi, quizás cuanto tiempo hubiera estado en esa mentira.

Sus palabras salían bañadas en tristeza y dolor, y entonces me di cuenta que la Lu en verdad quería a la Dani.

La Luciana de verdad la quería, no era solo huebeo, en serio quería a la Daniela.

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