Casados Por Accidente [Pablo Alboran] [TERMINADA]

113. Desayuno En Familia

La palabra "feliz", no es suficiente para describir como me siento. No solo estoy feliz por la bienvenida que mi familia le ha dado a Allegra. Estoy feliz porque ella ha sido feliz en esta Navidad y ha recibido regalos que ni se esperaba. El saber que tendremos dos niñas mas, también me hace feliz. Era evidente que Salva saldría a relucir su broma de haber sido el único en tener un hijo varón. Honestamente, eso no me afecta en nada.

Ya puedo imaginarme a nuestras tres niñas jugando juntas y yo mirándolas como un bobo por ser el padre más orgulloso del mundo. Estos sentimientos son tan profundos, tan complejos, y tan nuevos que por una parte me da pánico. La única certeza que tengo en estos instantes es que quiero que se parezcan a su madre.

-Rubio, ¿te encuentras bien?- Me pregunta al entrar a la habitación.

Regreso a la realidad y me doy cuenta que sigo recostado en nuestra cama esperándola. –Sí, solo pensaba.- Le explico y ella comienza a desvestirse para cambiarse y meterse en la cama.

-¿Te has asustado de saber que son niñas?- Me pregunta mientras levanta la sabana para acostarse a mi lado.

-No, no me asusta. Todo lo contrario, me encanta. Me las imaginaba jugando juntas.- Confieso y ella se abraza a mí.

-Jugaran juntas, se iran de compras juntas, irán a fiestas... en fin... todo seguramente lo vivirán a la par.- Dice y ya me estoy comenzando a imaginar todo lo que me espera.

-Ahora si estoy asustado.- Bromeo haciendo que ambos riamos.

-Amor, no seas tonto. En todo caso, Allegra será la hermana mayor que les guiara.- Añade y eso no me deja muy tranquilo que digamos.

-Es que tu no entiendes, si se llegan a parecer a ti, estaré espantándoles noviecitos todos lo días.- Digo entre risas.

Se gira de lado para mirarme y lleva su dedo índice al centro de mi frente y luego baja hasta la punta de mi nariz. –No dejare que seas un padre insoportable, ¿de acuerdo?- Me advierte haciéndome reír.

-¿Ah no?- Pregunto a modo de reto.

-No, procurare mantenerte muy ocupado para que no seas el típico padre celosillo que anda por la vida molestando a sus hijas.- Se explica y solo puedo abrazarla fuerte contra mi.

-Me gusta tu solución, creo que disfrutare mucho el que me mantengas distraído.- Digo y besa mi brazo.

-Me gusta que te guste... sabes, tendríamos que comenzar a escogerle nombres a nuestras princesas.- Propone y me gusta la idea.

-Deberíamos, pero creo que lo primero sería que descansemos porque estamos demasiado cansados.- Propongo y ella se acomoda mejor sin soltarme.

[...]

Un golpe en la puerta hace que abra mis ojos y vea la hora demasiado confundido ¿cuatr de la madrugada? Aun dormido, me levanto de la puerta y voy hacia la puerta. Cuando abro, me encuentro a nuestra pequeña abrazada a un osito de peluche.

-Hola hija, ¿Qué sucede?- Pregunto agachándome frente a ella para quedar a su altura.

- Tuve una pesadilla, ¿puedo dormir con ustedes?- Pregunta tímidamente y solo puedo asentir.

-Claro, ven pasa e intentemos nos despertar a tu mami que necesita descansar, ¿si?-

Ella asiente, entra a la habitación y luego se mete en el medio de la cama para que después yo me meta también. La abrazo contra mi para ayudarle a conciliar el sueño, hasta que de a poco lo consigue. Creo que vamos a necesitar una cama más grande...

Inconscientemente mi esposa se voltea y nuestra pequeña se abraza a ella para poco a poco quedarse dormida nuevamente.

Cada vez que esta pequeña me hace vivir una típica situación de padre, es que me percato de todo lo he construido junto a ella en este tiempo que llevamos juntos.

[...]

Unos movimientos sobre la cama hacen que me despierte. Al abrir mis ojos me encuentro con ellas dos colocando una bandeja sobre la cama la cual tiene nuestro desayuno.

-Buenos días guapo.- Me dice sonriente.

-Papi, ¿te gusta lo que hemos preparado con mamá?- Me pregunta Allegra y sonrió.

Me siento en la cama y observo las tortitas, el zumo de naranja, el café y los croissants.

-¡Me encanta! ¿tú que has preparado?- Le pregunto mirándola con una enorme sonrisa tatuada en mi rostro.

-Yo le he ayudado con las tortitas.- Dice como una experta en la cocina.

-Asi es amor, no sabes lo bien que se le da eso de ayudar en la cocina.- Añade mi esposa.

-Vale, vamos a ver que tal ha quedado todo.- Digo y comienzo a comer bajo sus atentas miradas.

-Vaya... ¡pero si esto esta exquisito!- Digo disfrutando de el riquísimo desayunado que me han preparado.

-¡Le ha gustado!- Le dice a Allegra con una enorme sonrisa y luego chocan los cinco.

Esta escena de mi vida parece una simpleza absoluta, pero visto como se han dado las cosas entre ella y yo, esto va mucho mas allá de un desayuno navideño en familia. Esto es el desayuno que confirma la felicidad que hemos creado paso a paso durante todos estos meses.